Navarra ha cerrado el año 2022 con 4.301 ocupados más, y eso que los datos del último mes del año han roto la buena tendencia y han echado un borrón: la destrucción de empleo ha sido el pasado diciembre la mayor desde 2008, en pleno estallido de la crisis inmobiliaria. Peses a ello, la economía navarra ha logrado aguantar los embates en un contexto realmente complicado condicionado por la invasión de Rusia de territorio ucraniano que durante prácticamente todo el año ha generado una fuerte crisis internacional, cuyas consecuencias en forma de inflación y escasez y carestía de la energía se están sufriendo en todo el mundo y sin visos aún de un final a corto o medio plazo. Los últimos datos que hizo públicos ayer el Ministerio de Seguridad Social resaltan también el incremento de la afiliación, es decir, de volumen de creación de empleo. De hecho, la Comunidad Foral tiene un 3,5% más de afiliados que en diciembre de 2019, antes de que la pandemia también dañara la estructura de la economía local. Por completar el cuadro, el incremento anual de afiliación ha sido en Navarra mayor que en las comunidades del entorno: Comunidad Autónoma Vasca, Aragón y La Rioja. Los datos son, sin duda, positivos a nivel doméstico. Por ellos se felicitaban ayer tanto el Gobierno de Navarra como los sindicatos UGT y CCOO. Pese a la incertidumbre, “el mercado de trabajo se mantiene estable”, subrayaba el Ejecutivo. No comparten al cien por cien esa visión optimista los sindicatos con mayor representación: mientras UGT y CCOO enfatizaban sobre el impacto de la reforma laboral, ELA y LAB ponían el dedo en la llaga al señalar la evidencia de un empleo precario. No hay que ocultar que Navarra sigue figurando como uno de los territorios con mayor índice de temporalidad: apenas el 24% de los contratos que se firman son indefinidos, mientras que en el Estado está cifra llega al 40%. Dicho esto, en el conjunto del Estado, el mercado laboral terminó 2022 con 471.360 afiliados más, llevando el total de ocupados a más de 20 millones de trabajadores. El actual momento de incertidumbre está lastrando la actividad económica y generando desconfianza tanto entre las empresas como en la ciudadanía. El empleo de calidad y con derechos es y debe seguir siendo la mejor herramienta para erradicar la pobreza.