Mercado de invierno en año electoral. Los tránsfugas Sayas y Adanero han fichado por el Partido Popular. Pesebre asegurado. Estos cuentacorrentistas de la política estaban sancionados de militancia en UPN (2,5 años) por romper la disciplina de voto (reforma laboral). A efectos prácticos en cálculos de calendario, una expulsión de las planchas electorales venideras: municipales, forales y generales. Apercibidos ahora de expulsión definitiva, han causado baja voluntaria en el partido regionalista. Sus aspavientos críticos con el presidente Sánchez y su Gobierno venían complaciendo a los “ojeadores” de la derecha estatal, ávida de nombres con tirón para afianzarse en Navarra. También son del gusto de la derecha extrema –escisión en su origen de la mayoritaria–, pero escaño y sueldo son más inciertos. Foto de encuentro de desertores: Amelia Salanueva, Carlos García Adanero y Sergio Sayas. Como anfitrión principal, Javier García, actual presidente del PPN. Procedente de las Juventudes de CDN, histórica escisión de UPN que propició su descalabro en 1995 para volver al redil y auparlo a la mayoría absoluta en 2003. Denunciado en 2010 por llamar “corrupta” a una concejala regionalista de Cintruénigo. Amelia (2015) y Sergio (2020) comparten frustración: su derrota ante Esparza en sus respectivas aspiraciones a la presidencia de UPN. Una más de Sergio, su vano intento de que los estatutos del partido aceptaran otras formas de matrimonio (entre homosexuales). Salanueva, fugada por despecho al PP en 2018 después de más de veinticinco años de sucesión de cargos en UPN, ya ha hecho carrera: portavoz adjunta en el Senado (número 2 del senador autonómico segoviano Maroto), miembro de la Junta Directiva Nacional y secretaria general del PPN. Sayas, en el banquillo de las expectativas de destino. Adanero, candidato del PPN a la alcaldía de Pamplona. Aspira a compatibilizar asiento municipal y escaño de diputado. A hacer un “Uxue Barkos”.