Sorprende y mucho comprobar la cantidad de cooperativas, empresas sociales y asociaciones que conforman la gran familia de la Cámara Regional de la Economía Social y Solidaria de Nueva Aquitania con la que su homóloga navarra va a diseñar un plan de cooperación transfronteriza y una escuela de economía social. Digo sorprende porque suman más de 22.576 empresas y entidades que dan trabajo a 223.000 personas (el 67% son mujeres) lo que supone el 12,5% del empleo asalariado de esta región vecina que suma más de seis millones de habitantes.

Y no hay más que viajar e ir de compras por Baiona, Saint Jean de Pied de Port o Maule para comprobar la riqueza de los pequeños talleres, comercio, artesanía, cooperativas de vivienda o galerías que tienen ese sabor propio tan alejado de las franquicias. También en Navarra hay 1.250 empresas que generan 23.000 empleos directos alineadas en otro modelo de economía comprometido con una sociedad más justa y sostenible. Empresas que encuentran en este nuevo espacio de colaboración transfronteriza mayores oportunidades para fomentar un modelo económico al servicio del territorio y sus habitantes.

Ser solidarios y económicamente eficientes es posible. Que se lo digan sino a grupos grandes como AN o a microcooperativas que trabajan en el cuidado de personas. Con valores como el salario digno, la inclusión y la lucha contra la degradación ambiental. Empresas que asientan población en el mundo rural y cuya deslocalización es difícil. Más allá de la historia y cultura compartida, su glamour y bucólicos paisajes, podemos crear otro tipo de riqueza con Iparralde.