A una familia tipo Hollister formada por padre, madre y niño de 2 años y niña de año puede que en Navarra le caigan si no leí mal 200 euros mensuales –100 por criatura– hasta que las criaturas cumplan 3 años, por el mero hecho de que padre y madre decidieron tener criaturas y eso es algo que según se ve tenemos que subvencionar los demás, tengamos o no críos –que los tenemos y nunca cayó subvención y bien está eso– y, lo que es más importante, tengan padre y madre unos ingresos mensuales de, yo qué sé, 3.000, 4.000, 5.000 euros mensuales o más. Lo he repetido creo que varias veces en todos estos ya muchos años de crisis y malas épocas: las subvenciones indiscriminadas sin mirar la renta y la condición de cada cual son, con perdón, una puta mierda, una puta mierda que directamente atenta contra el supuesto espíritu de la norma, porque en teoría lo que se da no es una celebración de la vida sino una ayuda para que se pueda vivir.

Esto es, no premiamos a los ya premiados por la fortuna –y su trabajo, no lo dudo– sino que tendrían que estar pensadas para colaborar con aquellas clases bajas y medias bajas y si me apuras medias –las clases medias ya son las bajas de antes, aunque no se lo quieran creer o ni se enteren– para las cuales 100 o 200 euros mensuales durante 3 años sí que suponen una diferencia apreciable en un contexto de inflación, hipotecas desbocadas y panorama en general poco halagüeño a corto plazo. ¿Qué es eso de subvencionar a las clases altas, a quien tiene de sobra para criar 1, 2, 3, 4 o 5 hijos? Que se miren las rentas, una a una, que ya se miran para montones de cosas y son trámites cada día más sencillos y que no se siga con el sistema de que reciba dinero quien no lo necesita en detrimento de quien sí lo necesita. ¿Por qué 100 a quién necesitaría 200 o incluso 300? Subvenciones indiscriminadas = injusticia generalizada.