Mayo. Mes del empleo para políticos forales y municipales. Posibilidad de renovar o de estrenar un trabajo temporal. Muchos no han conocido otra nómina que la pública. El Servicio Navarro de Empleo Político funciona con listas confeccionadas desde la endogamia. Y desde la purga. Una de sus características es la compatibilidad acaparadora de los cargos orgánicos con los cargos institucionales. Autoprotección y arrogancia. UPN/PP, de riña en riña hasta la conveniencia final. La “gente normal”, en dilema.

El PSN ansía mayor apoyo social para “depender menos” de sus socios en un inevitable gobierno de coalición. Ha maniobrado para que la constitución del Parlamento sea anterior a la de los Ayuntamientos, de modo que las alianzas para Alcaldías (en Pamplona votarán a su candidata) no afecten a la Presidencia del Ejecutivo. Geroa Bai aspira a recuperar el liderazgo del Gobierno (modelo 2015) para imprimir al mismo “valentía, ritmo y firmeza”.

Detalle esencial: en 2015, el PSN no pintaba nada. Irrelevante. No será el caso. Titular de cuatro consejerías, ha sido el “capacico de las hostias” (casos Davalor y mascarillas), con recreo e inhibición de María Chivite. Lealtad con tragaderas. La debutante coalición Contigo Navarra –Podemos, elemento hegemónico– se postula para formar parte del Gobierno y se ofrece como “mediador” en Pamplona para que el entendimiento entre PSN (el plácet en Madrid) y EH-Bildu logre el cambio. Con sobredosis de incienso: “Somos la única opción progresista fiable”. Comparación hiriente para potenciales aliados. Como si en política existiera la fiabilidad.

Los intereses de parte, subordinados a la aritmética, no necesitan de intermediarios; solo de objetivos. La candidata foral de EH-Bildu ha sido diáfana y certera: “Votar al PSN supone regalar el gobierno de Iruña a la derecha”. Advierte de “hablar largo y tendido” para la formación de gobiernos. Sus interlocutores ya saben dónde estarán las llaves. Matarile.