A veces afrontamos el análisis los discursos electorales desde la ironía o o el sarcasmo. Como si la política tuviera algo de pintoresco. Y creo que no sirve de mucho eso. Que es un error. Ayuso o García-Page son dos ejemplos de la peor política que deambula a sus anchas en estos tiempos. No hay nada de gracioso en sus mensajes. Al contrario, esa degradación política que anida en Madrid y arrastra al Estado ha entrado ahora, al compás de la campaña electoral, en otra fase abrupta de bronca política permanente. Una guerra de guerrillas en un creciente todos contra todos. Porque Ayuso no sólo utiliza el cadáver de ETA pensando en posibles réditos electorales, lo hace para cuestionar el liderazgo de Feijóo. Eso es lo importante, que la utilización y manipulación del sufrimiento de las víctimas del terrorismo ha ido degenerando con la desaparición de la propia ETA hasta convertirse en uno de esos trastos a la cabeza que alimentan las pugnas internas de los partidos. El triunfo de la mentira en política es su dimensión más inhumana. La mentira se vende fácil ahora, se consume masivamente, mientras que la verdad apenas cotiza en la atención pública. La mentira se extiende y amplía en las redes y en las tertulias televisiva y radiofónicas como si se hablase o debatiese de verdades. A Ayuso le han criticado numerosas víctimas de ETA por sus palabras, pero eso a Ayuso se la trae al pairo. El objetivo ya está cumplido. ETA gobierna en España y la libertad es tomarse unas cañas. No son tonterías. Pensar en esos mensajes como tonterías es renunciar al debate democrático. Y no es menos peligroso el machismo casposo de García-Page a costa de la imagen de su hija e hijo. Sin engañarse tampoco. No es causalidad esa atroz imagen de la mujer en pleno siglo XXI. Puede describirse como palabras propias de una cháchara con cazalla y puro de la peor calidad alimentada con unas risas fanfarronas y grotescas. El falangismo de taberna toda la vida. Pero es más grave aún: es un mensaje pensado en los votos que puedan captar esas palabras, porque García-Page piensa que sus paisanos coinciden con el perfil que describe. Penoso y peligroso. A mi que ambos sean dos dirigentes importantes del PP y del PSOE me parece simplemente increíble. Y no me hace gracia alguna, si pienso en la calidad de la democracia que ambos dicen representar. Un estado de la política en el que se ha instalado el todo vale sin coste alguno. Los medios de la broza digital o no, escribo sin pudor alguno, dirigen los tiempos y señalan el camino final. Así, el escarnio, la humillación y el linchamiento públicos, sustentado en una interminable sucesión de mentiras por mucho que se encubran tras la banderita y las viejas ideas de ese nacionalismo español caciquil y reaccionario, han creado un escenario en el que todo es políticamente obsceno. Creo que la política en Navarra, pese a todos los males que se le puedan achacar, está hoy en otra dimensión democrática muy lejana. Y ésa es una clave política para el futuro inmediato: mantener una forma propia de hacer política y de impulsar la respuesta a los retos sanitarios, económicos, financieros y fiscales desde las instituciones y la sociedad que arroje propuestas y resultados eficaces para los objetivos comunes de Navarra. Parece necesario apostar por una mirada propia y dejar de mirar hacia otro lado.