Llegó de Londres con un marido médico, dos hijas y un hijo. Eran japoneses. Se instalaron en la Estella de 1980 inaugurando el concepto diversidad en un lugar donde nos conocíamos todos y nunca nos habíamos cruzado con nadie que no fuera raza blanca, caucásico, del pueblo de al lado, francés a lo sumo. Japonesa londinense. Rosemary abrió una academia de inglés que era una habitación blanca con pizarra verde y cuatro mesas alargadas entre el salón y la cocina de su piso. Mientras ella coronaba su cáncer dando clase con unos tocados fantásticos hechos con pañuelos de seda, su marido instalaba una placa negra en otro portal, Dr. Tam, Pediatra, y convertía el Paseo de la Inmaculada en la Quinta Avenida neoyorkina. Yo tenía 8 años y dos veces por semana me sentaba en una silla de la habitación blanca con mi amiga Cristina y un puñado de niños más para sumergirnos en el universo cosmopolita de Rosemary. La Rosmeri para nuestras madres, quizá las únicas amas de casa con marido obrero de la clase. Madres listas como ardillas. Jugábamos al ahorcado en la primera pizarra Welleda de todo Occidente rellenando los huecos, a_pl_, h_rse, b_ood y viajábamos a las Highlands sin saberlo mientras cantábamos My bonnie is over the ocean. Nunca nos preguntamos cómo se comunicaría el doctor Tam con las madres que llevaban a sus hijos a su consulta. Your daughter is fine, it was just a stomach ache. 娘さんは大丈夫です、ただの腹痛でした 。. Esta semana unas madres de un colegio donostiarra han hecho a sus criaturas el Test de los Muñecos, uno blanco, otro negro. ¿Quién es bueno? ¿Y malo? ¿Quién gana más dinero? ¿Quién es feo? ¿Y guapo? Al negro le atribuyeron las cualidades negativas. Al blanco, lo positivo. Así ha ocurrido desde que comenzó a aplicarse este experimento en los años 40 en Estados Unidos. Racismo de base. Sorprende. Mucho. ¿Serán iguales las respuestas de niños de centros públicos y privados? En ciudades como Donostia, o Bilbao, en los colegios públicos niños de todos los colores, razas y nacionalidades conviven mientras rellenan los huecos de etxe_, mait_a. En los privados, aprendan en euskera, inglés, alemán o francés, conviven blancos con blancos. ¿Pesarán igual los estereotipos?