A lo largo de 120 años, el centro educativo más antiguo de Pamplona ha servido para variados usos al mismo tiempo que formaba a muchos de los hijos del Casco Viejo. Desde esta semana, las centenarias paredes de San Francisco podrán contar que tuvieron que escuchar el discurso autoritario, rancio y populista de Vox. Cierto que la ley obliga a los ayuntamientos a ofrecer locales para la campaña electoral pero también lo es que San Francisco, Sanfran o SFK se enorgullece de estar cimentado sobre los pilares de la educación en euskera y abierta a cuanto niño de la emigración recale en la ciudad. Sus 400 alumnos conviven entre el modelo D (3 de cada 4 matriculados) y la enseñanza en castellano con asignatura en euskera a la que acuden chavales de unas 20 nacionalidades (un 80% de familias migrantes están en este grupo). Allá tuvo que presentarse Jorge Buxadé, el mismo que machaca con lo de la inmigración masiva y descontrolada y la liga a la violencia; ese cuya formación sostiene que el batua es un invento, una mezcla ininteligible de dialectos de aldeas. Cuando el portavoz de Vox entró en la escuela nadie le miró, mientras en el salón de actos esperaban algunas decenas de sus simpatizantes, críos y crías de todos los tonos de piel siguieron a lo suyo, jugando en la plaza.