Suponemos que será una blasfemia futbolera, pero nunca hemos logrado tomarnos en serio que al máximo goleador de cualquier torneo se le llame Pichichi. Que sí, que así era conocido el vizcaíno Rafael Moreno, que metía muchos goles en los años 20, pero es que ese fútbol era prehistórico, ese apodo no es serio y, como distinción a un máximo anotador, aún menos.

Suerte que no le llamaran en su barrio Pichurro, Pichiruchi o Pichirulo... Si un día, ya en otra vida, conseguimos ese galardón, preferimos mil veces que se llame Puturrú de Fuá y hasta Chachi Pistachi. A ver, que no se trata de usar la expresión inglesa Top Scorer, que no es un reconocimiento sino una definición, pero sí algo un poco más grandioso que Pichichi. Y la solución está a mano, como siempre, en Italia. Allí se le llama Capocannionere, término sublime con el que te imaginas (casi nada) a un tipo lanzando balones a la portería con un cañón. El Calcio nos gana por goleada.