La han bautizado como la Eurocopa del sexo, pero después de leer todas las modalidades de esta erótica competición sería más apropiado hablar de unos juegos olímpicos del fornicio. El caso es que en Suecia han organizado un torneo de artes amatorias en el que los concursantes, ellas y ellos, deben mostrar durante seis semanas sus habilidades en dieciséis disciplinas en las que la seducción se mezcla con la pericia en el manejo de las manos propia de un tirador de precisión, la flexibilidad de un gimnasta, el acompasamiento de la natación sincronizada y la capacidad de resistencia de un decatleta. Este sería el envoltorio para vender un concurso en el que para activar los instintos nacionalistas a cada participante le pegan la bandera de su país de origen y ya han conseguido reunir a veinte de diferente procedencia continental para captar a la máxima audiencia.

Cito a continuación alguna de las dieciséis pruebas: masaje de zonas eróticas en el cuerpo del concursante, sexo oral, penetración, ejecución artística de postura, resistencia y número de orgasmos durante un tiempo específico, el Kama Sutra más hermoso y complicado y la cópula más artística según jurado y público. Los encuentros sexuales serán diarios y pueden tener hasta una duración de seis horas, algo solo al alcance de auténticos campeones. Me resulta difícil creer, como aseguran diferentes medios, que la práctica sexual ya haya sido registrada como una modalidad deportiva en Suecia por mucho sudor que se pueda generar en las acometidas. Si es así, que no lo he logrado averiguar en fuentes oficiales (me refiero a lo del registro deportivo…), tampoco me extrañaría nada que se acabara incorporando al programa olímpico, como ocurrirá el próximo año en París con el breakdance y en competencia con otras propuestas como el parkour. Porque si algo se practica con empeño en la villa olímpica durante los Juegos es sexo, como lo acredita que en Pekin 2021 se repartieron 450.000 preservativos, unos 42 por deportista. Bueno, el caso es que arropada por la bandera española competirá en Suecia una chica con el apellido artístico Lapiedra, o sea, de la factoría del productor de cine porno. La muchacha ha dicho que se ha preparado a fondo y que su objetivo es dejar bien alto el pabellón: no lo dudo.