Parecía que no iba a llegar nunca pero ya está aquí mismo el 10 de junio, el día de la movilización festiva convocada por el movimiento popular Sorionekuak.

Algunos pensarán que se trata de una manifestación más a favor del euskera y sobre todo en contra. En contra de la Ley del Euskera, en contra de la zonificación, en contra del Gobierno, en contra de las actitudes euskarófobas, en contra de la discriminación, en contra de la imposición del castellano en todas partes… Pues no. No es un movimiento en contra sino a favor y eso es lo que tiene, precisamente, de novedoso. Por supuesto que plantea superar todas esas trabas, pero de manera positiva y proactiva. Lo que propone, en definitiva, es pasar de la resignación a la esperanza activa y hacerlo, además, con toda la energía y la cabezonería propias de la tierra.

Dicen los Sorionekus que hay mucho que celebrar, que cada vez somos más personas las que queremos vivir y vivir bien en euskera y que el hallazgo de la mano de Irulegi no hace más que corroborar que el euskera es tan de aquí y tan nuestro como el aire que respiramos.

La idea surgió de la iniciativa Hordago, que nació en la Ribera a finales del 21 y que pretendía echarle un órdago a la zonificación. Este tsunami de positividad, empujado por cientos de personas de toda Navarra, es el que llega este sábado a Pamplona. Mucha gente joven, muchas familias con niñas y niños, muchas amatxis y aitatxis, mucha música y mucha alegría es lo que se espera toda la mañana en el Casco Antiguo y en el Bosquecillo y en el parque de Antoniutti a las 17:30 de la tarde.

Es muy bonito sentir que tenemos una lengua y una cultura propias que nos unen con el presente, con el pasado y con el futuro. Yo soy Sorioneku, ¿y tú?