Todo apunta a que un pacto entre UPN, PP y Vox podría dar la alcaldía a los regionalistas el próximo 17 de junio en San Adrián. El PSN (lista más votada) ha propuesto, sin éxito, al PP compartir la alcaldía para “evitar que Vox entre en el equipo de gobierno del Ayuntamiento”. Un acuerdo a tres bandas (en total suman siete concejales) que podría desbancar de la alcaldía a Emilio Cigudosa, del PSN (6), que optaba a su cuarto mandato. Precisamente la que es la única concejala de Vox en Navarra, Socorro Sada, daba por hecho ayer una alianza con UPN y PP para que la cabeza de lista de UPN en este municipio, Marta Ezquerra, se convierta en alcaldesa.

Apenas han transcurrido ocho días de los comicios locales y los regionalistas parecen ser capaces de pactar sin complejos con formaciones de ultraderecha aprovechando cualquier rendija que les queda en las instituciones con tal de conquistar un sillón presidencial. Y lo hacen con una formación que, en la práctica, demuestra que no cree en la democracia. Un partido extremista que pide eliminar el estado de las autonomías, y que aboga por la “defensa de España, de la familia y de la vida; en reducir el tamaño del Estado, garantizar la igualdad entre los españoles y expulsar al Gobierno de tu vida privada”, tal y como reza en su ideario. Una formación que pretende eliminar el régimen foral, que lucha contra el euskera y la memoria histórica, que quiere echar a todos los inmigrantes irregulares, que culpa a los Menas de todos los males, y que pide ilegalizar a Bildu y a Geroa Bai. Por cierto que Vox ha utilizado el mismo programa para todos los municipios del Estado español con listas formadas por paracaidistas que ni siquiera viven en los pueblos a los que dicen representar. Prometiendo mayor seguridad y bajada de impuestos bajo la bandera del negocio que han hecho del patriotismo español. No resulta muy coherente que el partido de Esparza exija al resto de fuerzas políticas en Navarra listones éticos que ellos mismos no son capaces de cumplir. Que acuse a otros partidos de cruzar líneas rojas o al PSN de aceptar los votos de EH Bildu para ocupar la presidencia del Gobierno cuando ellos parecen dispuesto a alinearse –o asumir sus votos– con la extrema derecha resulta cuando menos incoherente. Si la sede de Príncipe de Viana lo avala se incumpliría además la promesa de Esparza de no pactar con la ultraderecha: “Con Vox nosotros no vamos a tener ningún acuerdo, que quede claro. Vox es un partido que quiere que Navarra sea una provincia más”.