Hace un par de días salí a comprar zapatos por el centro de Pamplona. Me acerqué a una zapatería en la que suelo mirar siempre; pero me llamó la atención que tenía el escaparate apagado pese a ser un día laborable. Al entrar, animada por esa actitud madrileña tan poco común en Navarra de hablar por hablar en un comercio, le indiqué a la dependienta que tenían apagado el escaparate de la izquierda. Me respondió resuelta: "Ese y el otro. Es una política de empresa para hacer frente a la situación energética".

Me quedé gratamente sorprendida. Maravillada e intrigada a partes iguales. Yo había llegado a pensar que la zapatería estaba cerrada. Era incapaz de distinguir ni una sola de las zapatillas del escaparate... Casi paso de largo y realmente estaba con el modo consumo on. ¿Les saldrá a cuenta esta estrategia comercial de responsabilidad corporativa?

Salí sin comprar, pero convencida de que volveré a entrar de nuevo una y otra vez.

Cuando veo que algunos edificios de oficinas (algunos de ellos oficiales) mantienen las luces hasta caer la noche, me pregunto... ¿Podrá una cadena de zapaterías cambiar un poco el mundo?