China impuso una censura total en las informaciones sobre el coronavirus en Internet, y aunado con la implementación del cortafuegos (firewalls) y el descomunal despliegue de cámaras de vigilancia con inteligencia artificial para el reconocimiento facial de personas incluso con mascarillas (200 millones de cámaras), junto al empleo de drones-policía, habrían convertido ya a China en el Big brother que controla en tiempo real a todos los ciudadanos.

Tras ser nominado de nuevo Xi Jinping como secretario general en el XX Congreso Quinquenal del Partido Comunista de China (PCCh) para perpetuarse en el poder por otros cinco años en lo que sería su tercer mandato consecutivo, asistimos a la implementación de la dinastía Jinping en la historia china.

Sin embargo, el nuevo emperador chino tendrá como espada de Damocles la irrupción de la variante ómicron y la aplicación de la doctrina vigente del cero-covid, por lo que procederá al confinamiento masivo de grandes ciudades como Shanghai, con potencial para dar lugar a una marcada contracción del PBI para 2022 hasta quedar, de acuerdo al Banco Mundial en el 5,2%, la más baja de la última década.

Asimismo, el aumento de las tasas de paro debido a la contracción de las economías tractoras occidentales, aunado con el descontento social por el endurecimiento de los confinamientos para lograr el cero- covid, podría favorecer la aparición de un nuevo individuo reafirmado en una sólida conciencia crítica y sustentado en valores como la indignación colectiva ante los confinamientos masivos, y que bajo el lema prohibido prohibir, generará un tsunami popular de denuncia de la corrupción política y moral de la actual élite dominante comunista.

Caso de persistir China con la política del cero covid, no sería descartable la gestación de un Mayo del 68 chino que forzará al Politburó a la adopción de medidas políticas aperturistas para salvar al régimen.