La ofensiva rusa en Ucrania se concentra ahora en la destrucción del sistema energético ucraniano. Eso implica que los ciudadanos sufran continuos cortes de electricidad en un momento en que se producen temperaturas bajo cero. El uso de generadores eléctricos no impedirá que las personas mayores y los enfermos que puedan hacerlo abandonen el país generando una nueva oleada de refugiados. La otra cara de la moneda son otros ciudadanos que, después de nueve meses fuera del país, han decidido regresar. Kiev está recuperando la vida comercial y escolar, así como el ritmo laboral.

Las iglesias se llenan y las celebraciones de la misa han regresado al ritmo previo a la guerra. Nada es igual en Ucrania desde el pasado mes de febrero. La Navidad seguro que ha sido dolorosa. El frío causa más muertes. Pero el pueblo quiere estar preparado para que la verdadera paz, que no es el simple alto el fuego, se construya desde el presente de un pueblo que ha decidido vivir.