En nuestra sociedad se están normalizando conductas que son libertinas y que atentan contra la libertad de la persona. Deberían enseñar los padres y los centros educativos a los jóvenes sexualidad con valores sentimentales a partir de una edad más adulta, ya que en la niñez, preadolescencia y adolescencia no hay una claridad en la formación de ideas y a veces por influencia de amistades, programas televisivos y propaganda sexual indebidamente aceptable se cometen errores que cuestan mucho superar. Por otra parte, se está priorizando a la parte sexual del individuo en vez de al amor y sentimentalismo porque aunque se quiera negar el ser humano siente, padece y se enamora y ahí radica el valor de una relación que tristemente a veces no es perdurable. No debemos excluir las relaciones monógamas para modernizar las polígamas porque eso es discriminar a la persona que quiere una relación formal con otra persona. Es importante tomar medidas preventivas en la juventud y niñez y no acelerar las cosas.