Leo en titulares que las miserables hazañas de Froilán desprestigian a la monarquía, por lo que lo envían al refugio de Juan Carlos I, su abuelo; brillante idea para que le enseñe cómo mantenerse también 40 años en ese cargo, haciendo lo que le da la real gana, como durante siglos.

Ese mérito lo comparten los Borbones con un pueblo tan bien domado por el franquismo soporta estoicamente esa vergonzosa estirpe. También un Gobierno de izquierdas que, cuando ya la mayoría se pronuncia contra tanta corrupción, tiene la brillante idea de pedirle a la Casa Real, como si estuviéramos en una monarquía absoluta, que consienta rebajar la antidemocrática, más aún, necia noción vigente de irresponsabilidad del rey. Esa necedad ha hecho reír mucho en palacio, que lógicamente ha respondido que no le gusta. Y así estamos.