Innecesario: si tenemos en cuenta que el número de plazas de aparcamiento que se van a generar ya las teníamos a coste cero en las calles aledañas. Además, la realización de los trabajos ha supuesto una desaparición temporal de espacio de estacionamiento y, sin embargo, no ha habido dificultad para aparcar en la zona.

Deprisa: las elecciones mandan y es necesaria su inauguración antes de las votaciones para que quede claro de quién es el supuesto logro (si bien, realmente, es un retroceso).

Mal: el proyecto ha tenido que ser modificado porque en ningún momento se planteó salvar el arbolado. Sólo cuando comenzaron las protestas vecinales se le intentó dar un toque más ecológico, incrementándose el coste por cambio de proyecto. Aunque, según el Ayuntamiento, no se ha producido una modificación sino una “adaptación”. Entendemos que la adaptación se produce ante un imprevisto. Las raíces de nuestros árboles se veían claramente.

Quizás lo que ha ocurrido es que nadie se planteó “no tocar ningún árbol” hasta que comenzaron las protestas y se dieron cuenta de lo impopular que puede resultar no cuidar el medio ambiente en pleno siglo XXI.

Pese a haberse publicado las distintas fases de la obra, sorprendentemente se comenzó por el mismo Parque Talluntze (fase II). Se ha trabajado a destajo. En ningún momento se ha avisado al vecindario de en qué día y hora el acceso a viviendas y garajes se iba a ver seriamente afectado.

De momento ya se aprecian las nuevas aceras que van a quedar a lo largo del parque. Para no tocar más la zona verde van a ser demasiado estrechas como para facilitar el tránsito.

Por desgracia, hay que lamentar el accidente sufrido por una vecina de Zizur en una zona de paso para peatones en plena obra. Esperamos que tenga una pronta recuperación sin consecuencias posteriores para su salud.