Por suerte, nuestra hija Ekiñe, de 3 años, ya está mejorando. Lleva varios días ingresada en la UCI pediátrica del HUN por una fuerte neumonía y le han tenido que operar de urgencia para quitar el líquido de los pulmones.

Cuando el pasado viernes 24 de marzo la llevaron a la UCI después de la intervención, se nos cayó el alma al suelo. Parecía, ni más ni menos, una sala de curas de la guerra, de esas en las que están todos unos junto a otros. No hay ni un box, ni siquiera existen biombos suficientes para tener un mínimo de privacidad para orinar o para que a la familia se le informe del estado de su hijo. Los y las trabajadoras nos cuentan que están hartos de esa situación, porque no es humana ni para el paciente, ni para la familia, ni para ellos.

Muchas son las cartas que se han publicado en prensa denunciándolo, pero nos vemos nosotros también en la obligación de dar a conocer esta realidad tan triste y penosa. No olvidemos que las criaturas que se encuentran ingresadas en este sitio están sufriendo o incluso llegan a fallecer. ¡Por un mínimo de dignidad!