A propósito del escrito de Sabino Cuadra Lasarte el pasado día 8 de marzo, he de expresar mi admiración con los datos tan minuciosos que aporta. Extraordinario. Los que por la edad nos tocó vivir la época que describe, al evocar los sucesos nos impresionamos. No se puede evitar.

A la memoria llegan algunos personajes cuyo sentido del humor se hacía patente en los medios. Donde describe Sabino los problemas del submarino S-80, recordé al genial Gila. Decía en uno de sus discursos telefónicos: “¡Oiga! ¿Es la fábrica de armas? ¿Está el ingeniero, el Sr. Emilio? ¡Que se ponga! Sr. Emilio, que de los seis cañones que mandaron, vienen dos sin agujero. Tiramos con la bala por fuera. Y el sargento, con la cosa de la revista, ha metido la cabeza y ahora no la puede sacar. Está vivo, le oímos. Dice: “¡Sacarme de aquí!” A lo mejor disparando se desatasca. Y el submarino que mandaron ayer… de color bien, pero no flota. No, porque lo hemos echado al agua después de comer y todavía no ha subido. ¡Ah! ¡Que era un barco! Como no dijo nada el que lo trajo…”.

El sentido del humor en estas tierras es, en general, consecuencia de la observación y saber escuchar. En consecuencia, surge la crítica de cuanto ocurre, para lo cual requiere expresarse según la importancia. Los humoristas deben tener la facultad para detectar la reacción del oyente. A menudo, retratan hechos marcados por acontecimientos importantes. Hay sucesos que no es para tomárselos a broma por las consecuencias que conllevan. Los televidentes fuimos testigos del incidente en la entrega de los Oscar entre Will Smith y Chris Rock

Hay que tener buen humor, pero cuidadito con lo que se dice o se hace. Así de claro.