La política, debería de ser utilizada para mejorar la vida de los ciudadanos. La política, debería de alimentarse de programas electorales que pusieran los cimientos de una nueva sociedad. La democracia, precisa de líderes que estén al servicio de las demandas de los votantes. Hoy, importan más los políticos que las políticas. 

Las encuestas, hablan de estos líderes, sin mencionar las políticas que van a utilizar. Necesitamos transformaciones y reformas, en un escenario mundial de constantes y permanentes cambios. Llama la atención, que en el acuerdo de los agentes sociales, hablan de tener una formación permanente y constante en el mundo laboral. El mundo político, no sabe de ello. Se inhibe en esta educación, tanto a nivel personal como organizativo. Las cada vez más acuciantes necesidades de los votantes, no son satisfechas por los candidatos que siguen anclados en los nombres de los partidos políticos, y en ideologías que no responden a las necesidades actuales. Hablar del pasado, sirve para aprender a no cometer los errores que acontecieron. 

La desorientación de los votantes aumenta, ante la falta de respuesta del mundo de la política. Hoy, en este país o en el entorno que nos rodea, cualquier fuerza política nueva, enseguida obtiene una alta respuesta ciudadana. La novedad como signo de esperanza. El desencanto viene de inmediato, al comprobar que la nueva irrupción sigue el mismo guion que los denominados casta. La democracia, poco a poco va perdiendo votantes por el camino. Veremos cual es el grado de abstención en el 28-M.