El Partido Carlista no presenta candidatura en las elecciones municipales y autonómicas del domingo 28 de mayo, pero a pesar de las limitaciones que impone la Ley electoral, que no permite las listas abiertas, anima a la ciudadanía a ir a votar.

  • Un voto de apoyo a la opción que ofrezca datos manejables y contrastables favorecedores de la formación de criterio personal en la participación político-social.
  • Un voto que distinga si la gestión de la riqueza común favorece a la mayoría social o a una minoría.
  • Un voto que apoye el respeto a la persona, en línea con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y la convivencia pacífica, en pro de una sociedad sana, educada, culta, y cuyo nivel y calidad de vida se mida por unas calles llenas de niños/as jugando, unos/as jóvenes formándose, unos/as adultos/as trabajando, y de unos/as mayores disfrutando del paseo en calles y parques respirables y cuidados.
  • Un voto que apoye la plena autonomía municipal y de los diferentes territorios de las Españas, en igualdad de plano entre todos ellos, con una gestión responsable y solidaria de los propios recursos para que se deje de hablar de la España vaciada, y pobre, por tanto.
  • Un voto, muestra de la actitud de participación activa en la conformación de la estructura política municipal y territorial comarcal, autonómica, regional y nacional, dispuesta a hacer lo mismo en el ámbito social, en el laboral, económico y empresarial, para seguir generando riqueza al servicio del bien común, de la mayoría social, y no para el beneficio de particulares, concretando así el lema del Partido Carlista, Libertad para escoger, socialismo para compartir, federalismo para convivir, autogestión para decidir.

El voto en blanco, así como el nulo, no se toman en cuenta a la hora del reparto de escaños; hay que sopesar las opciones y apoyar la que consideremos más oportuna en cada nivel, municipal o autonómico en este caso.

El autor es SGF del Partido Carlista