Si los jueves tocaba milagro en aquella genial película de Berlanga, los lunes toca encuesta en alguna cabecera de Diestralandia. Siempre con la barra o el queso azul de los gráficos duplicando los elementos gráficos en rojo.

Hoy en concreto es el turno del sondeo en La Razón. Lo elabora NC Report, que tiene un historial de profecías pifiadas que deja al CIS de Tezanos como lo más eficaz maquinaria del pronóstico. Esta vez el titular de apertura a todo gas es “La política fiscal de Sánchez da dos escaños más al PP”. Eso lo pondría en 144, que sumados a los de Vox y Navarra Suma, daría para una holgada mayoría absoluta de 186 escaños.

No deja de ser curioso que el encabezado de primera se transforme en otro en el titular del editorial: “La política radical desangra al PSOE”. En la letra pequeña se aclara que los radicales que muerden los bolsillos son los mismos: “Ciertamente, en esas «malas compañías» en las que se sustenta el Ejecutivo de coalición hay que buscar los malos resultados socialistas que pronostican las encuestas, pero no solo. Sin duda, el giro hacia una izquierda radical, en materia económica y social, que ha llevado a cabo el inquilino de La Moncloa pesa tanto o más que las cesiones a los partidos nacionalistas e independentistas, que tanto disgustan a la mayoría de los españoles del común”.

"Los españoles trabajaremos hasta el 29 de julio exclusivamente para el fisco"

Pedro J. Ramírez (El Español)

En El Español también echan las muelas por lo fiscal. Los numerólogos de Pedro Jota Ramírez han sacado una cuenta de la vieja según la cual, resulta que durante siete meses nos deslomamos para el Gobierno. Aquí la curiosa explicación y el consiguiente rasgado de vestiduras: “En definitiva: los españoles trabajaremos hasta el 29 de julio exclusivamente para el fisco. Un nuevo dato que avala la predilección del Ejecutivo por el castigo al sector privado. No en vano, el presidente viene predicando en los distintos foros económicos su doctrina de que donde mejor está el dinero de los ciudadanos es en el bolsillo del Estado. Sánchez no puede hipotecar a las futuras generaciones ni la salud de la economía española para mantenerse una legislatura más en la Moncloa. Que la liberación de los españoles de sus obligaciones fiscales vaya a demorarse un mes más bajo su mandato debería servir como señal de alarma”.

Desde ABC, Ignacio Camacho viene a decir que además de esquilmarnos, luego Sánchez se lo gasta todo en pagar para ganar las elecciones: “De ahí la derrama subvencional y el despliegue propagandístico que ha puesto en marcha el Ejecutivo. Inyecciones de renta y demagogia populista sobre pobres y ricos; dinero y ruido. Un aluvión de recursos financieros y mediáticos contra Feijóo y su equipo, que acaso no terminan de calibrar la intensidad del potencial ofensivo que le va a echar encima el sanchismo”.

Optimista, apunta sin embargo el columnero de El Debate Antonio R. Naranjo que ya puede regalar la luna al personal, que perderá las elecciones igual igual: “Es como si un abuelo dadivoso regalase a sus nietos un cochazo para cada uno, un viaje al Disney World de Orlando y una matrícula para estudiar en Cambridge, pero aún así los chavales lo castigasen con una indiferencia displicente y pasasen de él. Resulta meritorio que Sánchez no remonte en las encuestas ni tras el osado alarde de subir todas las pensiones un 8,5 %”.

Los ricachos ordenaron los de ‘Los Girasoles’

"Los botarates eran activistas de una organización ecolojeta sufragada por plutócratas que exigen el abandono de los combustibles fósiles"

Juan Manuel de Prada

Entramos en otra miscelánea temática. Empiezo por lo que se ha escrito sobre la mendruguez de arrojar sopa a una obra de arte. Hay mil columnas al respecto, pero les comparto la más jacarandosa, la de Juan Manuel de Prada (ABC) atribuyendo la cosa al vil capital: “Hace unos días, una pareja de botarates sistémicos arrojó sopa de tomate sobre un cuadro de Van Gogh (por lo demás, bastante birrioso) expuesto en la National Gallery. Los botarates eran activistas de una organización ecolojeta sufragada por plutócratas que exigen el abandono de los combustibles fósiles, para poder forrarse más salvajemente con las llamadas energías alternativas”.

Y ahora viene la tesis que ganará el próximo Nobel de Sociología parda. Su autora es una tal Mariña Fernández Reino, pero quien no trae su resumen es José García Domínguez en Libertad Digital: “Cataluña es un lugar cuya población autóctona se caracteriza por compartir colectivamente actitudes racistas y hondos sentimientos xenófobos. Una tara, el desprecio por los foráneos tan presente entre los individuos oriundos de esa comunidad cultural, casi ausente, sin embargo, entre el resto de los ciudadanos españoles que habitan en otros territorios”. Otro baldón más para los malvados secesionistas.

Súmese el topicazo a este otro que viene bajo la firma de Alfonso Ussía en El Debate: “Hoy, el Gobierno de España se lo da todo a los vascos separatistas –para que dejen de matar–, y a los catalanes traidores –para que abandonen su permanente chantaje identitario–. Porque si todo va a Cataluña y al País Vasco, de la Montaña, de la honrada, maravillosa, culta y pacífica Cantabria, no va a quedar nada, como de la casa de los Quevedo en Vejorís”.

"Avanza a buen ritmo la nazificación. El País Vasco está enfermo. Centrifugado por la violencia y la limpieza étnica"

Julio Valdeón (El Mundo)

No hay dos melonadas de carril sin tres. Julio Valdeón nos tre en El Mundo otro clásico, el de la sociedad vasca enferma y nazi: “Avanza a buen ritmo la nazificación. El País Vasco está enfermo. Centrifugado por la violencia y la limpieza étnica. Un paraíso a la medida de los señores del odio, luego de cuatro décadas de ingeniería social contra España y los españoles. Como diría, a golpe de tristeza, el escritor Juan Abreu, «Y ETA derrotada». Pues eso”. Qué paciencia.