ASÍ le tuneó el nombre de pila Juan Manuel De Prada al tenista que el pasado domingo se hizo con el Open de Australia gracias, según el conspiranoico y negacionista columnero de ABC, a no haberse vacunado contra la covid. Por eso, cuando al serbio se le fue la lagrimita, hasta el macho De Prada lloró con él: “En ese llanto viril, hermosamente hurtado a las cámaras, estábamos representados todos los que a lo largo de los últimos años hemos padecido persecuciones y hostigamientos; todos los que, estigmatizados por la chusma mediática y médica, acosados por gobernantes inicuos, decidimos arrostrar una vida de perros sarnosos a cambio de mantener nuestros cuerpos, que son templos del Espíritu, alejados de las terapias génicas experimentales”.