Quién nos iba a decir que un posado de Ana Obregón abriría todos los espacios informativos y de opinión. Pero es que esta vez el posado no ha sido en bikini, sino en una silla de ruedas, saliendo de un hospital con una niña recién comprada. Veamos qué se dice al respecto en las cabeceras de las que habitualmente nos suministramos…

"Belarra y Montero movieron a todos sus peones por televisiones y medios y apuntaron a Obregón poco menos que como una ladrona de bebés"

La Razón

En algunas, como La Razón, se navega entre dos aguas. No es que la eufemísticamente llamada “gestación subrogada” se defienda a voz en grito; qué diría el cardenal Cañizares, colaborador semanal del diario azulón. Pero, si se puede aprovechar para atizar al gobierno socialcomunista, no se va a dejar pasar la oportunidad: “El Ministerio de Igualdad de Irene Montero, y todo el complejo político-mediático morado, han visto una ocasión propicia para capear la polémica sobre la candidatura de Yolanda Díaz con la hija de Ana Obregón. Hasta en la parte socialista del Gobierno, que mostró su rechazo hacia la gestación subrogada, se han sorprendido por la extrema virulencia del entorno de Belarra y Montero, que movieron a todos sus peones por televisiones y medios y apuntaron a Obregón poco menos que como una ladrona de bebés”.

En ABC también toman como percha la declaración de Montero para escurrir el bulto: “La calidad de un debate público debería ser directamente proporcional a la dignidad del objeto sobre el que se discute. La noticia de la reciente maternidad de Ana Obregón a través de gestación subrogada ha generado en nuestro país una amplísima cadena de reacciones políticas y sociales que habrían merecido un mayor grado de reflexión. La ministra de Igualdad, Irene Montero, no dudó en saldar esta práctica como una forma de violencia contra las mujeres”. Eso lo leemos en un minieditorial de aliño de dos párrafos. Calidad de debate, ya.

Tanta calidad como la que destila la pieza firmada por Ignacio Camacho en el vetusto diario. Según escribía se preguntó a sí mismo si se atrevería a meter en la misma frase lo de los vientres de alquiler y la reforma del delito de sedición. Posó el cubata y lo hizo: “El clarividente dúo Montero, en cambio, ya ha superado esa duda para poner el foco en el útero mercenario. «¡Violencia!» claman a coro quienes despenalizaron una insurrección por la fuerza contra el orden constitucional del Estado”.

Los que más claro lo tienen son los columneros de El Mundo. Para Arcadi Espada, pagar por lo que sea es lo normal, y quien piense otra cosa es un meapilas y un cortarrollos: “Toda la capellanesca, de Vox a Podemos y sus sacristías intermedias (aunque el Pp se lo está pensando porque se trata, al fin y al cabo, de una antigua hembra de referencia), carga contra la decisión de una mujer de 68 años de ser madre por gestación delegada. No sé si Vox suma a la objeción sacrílega la edadista, lo que tendría interés tras haber intentado subrogar a Ramón Tamames la más alta magistratura del Gobierno. Los argumentos de la izquierda tienen el interés extremeño del sacrilegio (nunca mejor dicho: los extremeños se tocan, jojojo, me automondo), porque ella también considera el cuerpo femenino hasta tal punto sagrado (de ahí la copa menstrual: cáliz de sangre), que solo su propietaria puede acceder a él y bajo la forma de la autoestimulación”.

"A izquierda y derecha se recela de la gestación subrogada por el eterno temor al impacto de la ciencia en la conciencia"

Jorge Bustos (El Mundo)

Casi haciendo el bis, Jorge Bustos, con bibliografía presentada en la propaganda a favor de la producción en serie de bebés para su venta libre, vuelve a sacarnos la iglesia a paseo: “De fondo, persiste la religión. A izquierda y derecha se recela de la gestación subrogada por el eterno temor al impacto de la ciencia en la conciencia: en el credo feminista o en el cristiano. Escohotado localizó en la secta esenia a los primeros enemigos del comercio, y ahí seguimos”.

Con más desparpajo todavía, Pedro J. Ramírez saca la billetera en El Español y viene a preguntarnos qué tiene de malo comprar lo que sea: “El hecho de que el dinero sea un elemento decisivo para acceder a una gestación subrogada no quiere decir que esa gestación sea de por sí indeseable. Todos los seres humanos evaluamos los pros y los contras de nuestras decisiones y el valor de los incentivos que se nos ofrecen a cambio, por ejemplo y sin ir más lejos, de nuestro trabajo. ¿Cuánta gente trabajaría si no fuera a cambio de un salario? ¿Convierte eso el trabajo en indeseable de por sí?”. Y ahora imaginen esta frase: “El hecho de que el dinero sea un elemento decisivo para acceder a tener sexo con un menor no quiere decir que ese sexo sea de por sí indeseable”. No cuela, ¿verdad? Pues eso.

"Si la célebre diva no puede comprarse un bebé porque es un abuso, también lo es cuando lo hacen célebres parejas de gais"

Antonio R. Naranjo (El Debate)

En el digital ultracatólico El Debate, lógicamente, están en contra. Pero más en contra de unas ventas de bebés que de otras. Si leen a Antonio R. Naranjo, comprenderán lo que digo: “Y esto, que la trompetería progresista no tiene reparo en decir cuando la damnificada es una señora de 68 años, también vale por cierto para las célebres parejas homosexuales que, tirando también de chequera, se compran una probeta humana y vigilan desde la distancia una siembra ajena. Que si lo decimos de Anita, tenemos que decirlo de todos, listos”.