Qué más podía querer la diestra mediática que en la recta finalísima de la campaña estallen, uno detrás de otro, dos casos de compra que salpican al PSOE y a uno de sus socios. La consigna es ¡A por ellos, oé!

ABC, desde luego, la aplica. En su primera, el dedo señala sin disimulo: “El escándalo de la compra de votos salta de Melilla al PSOE de Mojácar”. Y la gran suerte es que hay un documento gráfico en que aparece el ministro español de la Presidencia arengando hace unos días a los dos socialistas de Mojácar señalados. El titular sale solo: “Bolaños apadrina la candidatura con varios detenidos”.

Para completarlo, un editorial escrito cuesta abajo: “El PSOE llegará mañana al final de una de las campañas más desacertadas que se le recuerdan, afectado por un nuevo escándalo de intento de compra de votos, ahora en Mojácar (Almería). Después de las detenciones que se produjeron en el seno de Coalición por Melilla, partido aliado del PSOE en el gobierno de esa ciudad, el caso almeriense le golpea de lleno. Siete detenidos, dos de ellos el tercero y el quinto en la lista electoral, demuestran que el intento de fraude electoral estaba avanzado”.

El editorialista de La Razón va unos metros más allá y saca a relucir los ERE. Se lo juro: “En el grupo responsable del mayor caso de corrupción de la democracia, como es el de los ERE, por el que aún ninguno de sus dirigentes ha pedido perdón, llueve sobre mojado. El caso es que la recta final de la campaña se ha convertido en una tremolina en torno a los procederes turbios vinculados a la izquierda. Tras los sucesos de Melilla con los socios de Más País, Sumar y Compromís, que de momento se ha cobrado el relevo de un consejero de la ciudad autónoma, la Guardia Civil ha arrestado a siete personas en la operación contra la presunta red corrupta en la localidad almeriense de Mojácar que salpica a los socialistas. Es una mancha que se extiende”.

"Todos tenemos claro que en el Congreso y el Senado se compran los votos"

Francisco Marhuenda (La Razón)

Claro que el gran escorzo sobre el asunto es de su director, Francisco Marhuenda, que mezcla esta compra de votos a doscientos euros la pieza con las negociaciones parlamentarias. Ahí lo tienen: “Todos tenemos claro que en el Congreso y el Senado se compran los votos. Es algo tan habitual que no nos sorprende. Los nacionalistas catalanes y vascos descubrieron en la Transición que su apoyo tenía un precio que, en ocasiones, podía ser muy elevado. Los comunistas, independentistas y filoetarras acuden a Moncloa con la frase de «qué hay de lo mío». Por supuesto, reciben su recompensa. Es verdad que los nacionalistas siempre habían querido obtener beneficios a cambio de los votos como sucedió con UCD, PSOE y PP, pero nunca con el descaro actual. Esa compra de votos se ha convertido en algo normal esta legislatura. Espero que no suceda lo mismo en el futuro con el fraude electoral”.

El Mundo, que en primera cuenta que los votos se compraban a inmigrantes por 200 euros, el editorialista también apunta a Moncloa: “El fraude adquiere una gravedad añadida por la información que hoy publicamos: la compra de votos se centraba en los vecinos inmigrantes, un colectivo expuesto a un mayor riesgo de vulnerabilidad. Los investigados los sobornaban con hasta 200 euros –y 50 más si conseguían a otra persona–. Además, hace solo seis días, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, viajó a Mojácar para apoyar al cabeza de cartel. Su presencia en esta localidad de solo 7.500 habitantes y destacada por el turismo no prejuzga nada, pero sí obliga al PSOE a ser escrupuloso en sus explicaciones. Eliminar todo registro audiovisual de la visita del ministro Bolaños, como empezó a hacer ayer el partido, no es un buen comienzo”.

"También es mala suerte que hace solo una semana Félix Bolaños viajara a Mojácar para arropar al cabeza de lista"

Leyre Iglesias (El Mundo)

En la página anterior del mismo diario, Leyre Iglesias también le echa un parrafito al ministro de la presidencia: “También es mala suerte que hace solo una semana Félix Bolaños viajara a Mojácar para arropar al cabeza de lista. Qué arropar, jalear: «Manolo, ¡tú vas a ser el alcalde!». También le animó a hacer campaña en la calle «con la cabeza alta, mirada limpia y corazón socialista». El PSOE local ha borrado el vídeo. Quedan dos días y una jornada de reflexión, pero quizá ya pueda decirse que Bolaños está resultando un poquito gafe”.

"Si alguien quiere saber de compra de votos y pucherazos, que pregunten a la señora Portavoz del Gobierno de España, o mejor, al Presidente del Gobierno"

Agapito Maestre (Libertad Digital)

Entrando ya en las derrapadas dialécticas que rozan el delirio, nos encontramos con la de Agapito Maestre en Libertad Digital. Sin cortarse un pelo, señala al presidente del Gobierno y a la presidenta del Congreso: “Si alguien quiere saber de compra de votos y pucherazos, que pregunten a la señora Portavoz del Gobierno de España, o mejor, al Presidente del Gobierno, que tienen un largo historial sobre estos asuntos. No sólo lo digo porque ellos, quizás, se hayan visto envueltos alguna vez en esas deleznables prácticas, sino porque sus altas responsabilidades deberían llevarlos a controlar la compra de votos para el buen funcionamiento de las reglas de la democracia”.

En El Debate, Ramón Pérez-Maura se marca un triple tirabuzón de los suyos. Con Bildu como comodín, por supuesto: “Ahora tienen el bochorno de Melilla, su alianza con un partido que, como EHBildu, quiere romper España y unir Melilla a Marruecos, que es un partido que en el pasado fue condenado por fraude electoral y ahora tiene a varios de sus miembros investigados por lo mismo tras pasar horas detenidos. La selección de aliados electorales que está haciendo el PSOE no puede ser más reveladora. Aunque después de lo visto en Mojácar, con dos candidatos del PSOE detenidos por manipular también el voto por correo, sólo cabe concluir que Dios los cría y ellos se juntan”.

El contraste lo pone, siempre original, Pedro J. Ramírez en El Español. En lugar de sacar la vara para atizar al PSOE, elogia al líder del PP por su moderación respecto al asunto: “Que en su último acto de campaña Feijóo no haya querido hacer sangre con este incidente demuestra que se trata de un tema menor. Y habla bien de la capacidad de mesura y prudencia del líder de la oposición, que se ha cuidado de evitar la imprudencia de avalar peligrosas teorías de la sospecha sobre la limpieza democrática cuyos efectos catastróficos ya hemos comprobado en otros países”.