Otra que le sirven en bandeja a la prensa de orden. Con las elecciones convocadas, y su propio cargo oliendo a cadaverina, el fiscal general de Estado ha nombrado a su antecesora y coleccionista de escándalos, Dolores Delgado, fiscal de Memoria Democrática. Lo ha hecho, además, contra el criterio de siete de los nuevo miembros del Consejo Fiscal. Vamos, un caramelo para atizar.

"Con Delgado, García Ortiz y Garzón se incumple aquello de la mujer del César."

Editorial de ABC

El fiscal general consuma el dedazo”, titula ABC en primera sobre una imagen del nombrador y de la nombrada En el larguísimo editorial correspondiente, llueven los sapos y las culebras. Y de propina, se emplea la clásica expresión con aroma a machirulina: “Con Delgado, García Ortiz y Garzón se incumple aquello de la mujer del César. Sobre estas bases, su nombramiento nunca debió producirse porque afecta a la reputación y prestigio de toda la carrera fiscal”. ¿La mujer del César? ¿En serio?

En las columnas de interior, Julián Quirós, Ignacio Camacho y Carlos Herrera se dan un festín. Al azar les entrecomillo un fragmento de la pieza del también conductor de las mañanas de Cope: “El nombramiento lo tendrá que hacer, eso sí, en contra del criterio del Consejo Fiscal. Salvo unos cuantos estómagos agradecidos, los fiscales han sido contrarios a esta jugada y ayer se lo expusieron así a Alvaro García, 'Don Alvarone', en una reunión que no debió de ser excesivamente agradable. El Consejo referido es meramente consultivo y no implica que sus indicaciones deban ser seguidas al pie de la letra, pero éstas permiten mostrar el estado de ánimo de un grupo capital del engranaje de la Justicia. Ni es idónea ni es el momento, vinieron a decir”.

Federico Jiménez Losantos, que tiene una especial inquina por Delgado, lo demuestra del título de su descarga en El Mundo: “Memoria de la ETA, derechos humanos de Maduro”. A partir de ahí, el zurriago dialéctico se emplea a fondo: “Tras un lapsus que ella achacó a su salud y otros a cálculo venal y no renal, [Dolores Delgado] colocó a García Ortiz, que ayer la designó, contra el Consejo Fiscal y el decoro, fiscal de Memoria Democrática y Derechos Humanos. La primera es obra legal de la ETA, por gentileza de Sánchez; la segunda, uno de los pingües negocios de Garzón, que descubrió con Cristina Kirchner y simultanea como abogado del Cartel de Puebla, defendiendo allí a Maduro y aquí su testaferro Saab, o a Petro, que ganó las elecciones en Colombia con dinero del narco”.

En La Razón, el editorialista no desaprovecha lo fácil que se lo han puesto: “Su pasada condición de diputada del Grupo Socialista en el Congreso y ministra de Justicia con el primer gobierno de Pedro Sánchez dejan mucho espacio a las sospechas de un acto de puro personalismo que puede desmerecer esa misma carrera profesional. En ese sentido, si Álvaro García Ortiz pretendía favorecer a su mentora, adelantando su designación con unas elecciones generales ya convocadas, le ha hecho un flaco favor”.

Terminamos en El Debate, donde el subdirector, Luis Ventoso, tampoco se priva: “En Madrid, el fiscal general del Estado coloca a dedazo a su predecesora y amiga Lola Delgado en una Fiscalía de Memoria condenada a desaparecer (porque la Ley de Memoria será derogada cuando caiga Sánchez). El fiscal lo hace sin cortarse un pelo, a pesar del rampante conflicto de intereses de la promocionada, pues está casada con el abogado Baltasar Garzón, que lleva casos relacionados con la materia de la que ella habrá de encargarse. Los fiscales ponen el grito en el cielo. Pero la golfada se perpetra igualmente. ¿Para qué disimular?”.