La inflación sigue disparada. La mayor parte de los índices económicos siguen dando valores dudosos. La incertidumbre, si no es mayor, se mantiene. ¿Qué va a ocurrir en Ucrania? ¿Continuarán los problemas para recibir suministros? ¿Podremos mantener nuestro empleo? ¿Dónde podemos invertir nuestros ahorros?

El objetivo de este artículo no es dar recomendaciones económicas: las leemos, las vemos y las escuchamos en todos los medios, todos los días. El objetivo de estas líneas es comentar cuáles son los instrumentos mentales que debemos conocer, aprender y aplicar para tomar mejores decisiones. Sean del tipo que sean.

Sí; debemos ser inteligentes. El coeficiente intelectual, también llamado capacidad intelectual general (CIG) predice el nivel ocupacional y el rendimiento de una persona a lo largo de su vida mejor que cualquier otro atributo.

Es útil controlar los pensamientos en el sentido de ser reflexivos y no impulsivos. Existe un test ideado por el profesor del MIT Shane Frederick que evalúa la denominada reflexión cognitiva (TRC). ¿Por qué no hacerlo? Son tres preguntas. Toca leerlas y reflexionar sobre ellas; más adelante se comentarán las soluciones. No hace falta apurarse: sólo acierta el 17% de las personas.

Un bate y una pelota cuestan 1,10 euros en total. El bate cuesta 1 euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota? Si cinco máquinas tardan cinco minutos en fabricar cinco objetos, ¿cuánto tiempo tardarían cien máquinas en fabricar cien objetos? En un lago hay un grupo de nenúfares y cada día duplican su extensión. Si tardan 48 días en cubrir toda la extensión, ¿en cuánto tiempo se cubre la mitad?

La evaluación de pensamiento crítico de Halpbern incluye disposición a la racionalidad y habilidades para el aprendizaje. Ejemplo: en una dieta los clientes pierden de media 5 kilos, en otra se pierden 10. ¿Qué preguntas harías antes de elegir una de las dos dietas? La escala para medir el pensamiento de mentalidad activamente abierta de Jonathan Baron responde cuestiones como si dejarse convencer por un argumento contrario es signo de buen carácter. Este tipo de pensamiento, que se puede enseñar, es el característico de los mejores analistas.

Como atributo adicional en el mundo anglosajón gusta el grit, definido como la perseverancia y la pasión en la persecución de objetivos a largo plazo.

Es el momento de comentar las soluciones. Para el TRC la pelota cuesta cinco céntimos y el bate un euro con cinco céntimos. Intuitivamente la contestación es diez céntimos. La siguiente pregunta es más difícil, ya que la respuesta es de cinco minutos aunque a primera vista parecen 100. A partir del enunciado no es sencillo advertir que si cinco máquinas tardan cinco minutos para cinco objetos, una máquina hará en cinco minutos la quinta parte de objetos: uno. Por lo tanto cien máquinas harán cien objetos en la misma cantidad de tiempo. Respecto de los nenúfares, claro que no tardan 24 días, tardan 47. El día anterior al último se habrá cubierto la mitad.

La contestación del test de Halpbern es abierta. Es pertinente preguntar si terminada la dieta las personas mantienen el nuevo peso o tienden a recuperar el anterior. La tasa base importa, quizás los del primer grupo pesaban de media 80 kilos y los del segundo 130. ¿Y la duración? Puede que la primera dieta haya durado un mes y la segunda haya durado tres meses. Son las cosas de la letra pequeña.

Respecto de la mentalidad activamente abierta, es obvio que lo más práctico es cambiar de opinión. No hay otra forma de crecer. Sin embargo, no es eso lo que pedimos a nuestros líderes, sean políticos, empresarios o deportistas.

Un aspecto clave y fundamental: está demostrado que no se puede ser un buen analista de la realidad si no tenemos esa mentalidad activamente abierta. Eso pasa por rodearse de personas diferentes, leer otros puntos de vista, conocer otros lugares, dudar de lo que nos dicen o comprender que el incentivo principal que mueve a las personas es el interés propio. En definitiva: cambiar de parecer y revisar nuestras creencias conforme va apareciendo nueva información. Práctico y científico.

No basta con tener un don. Es necesario usarlo. Y el círculo dorado de Simon Sinek nos da un marco conceptual. Debemos comenzar con el porqué (propósito: mejorar la vida de las personas), pasar al cómo (proceso: unas políticas concretas) y terminar con el qué (resultado, teniendo en cuenta los efectos directos e indirectos).

Receta final: CIG, TRC, Halpbern, Baron. Todo aliñado con grit.

El autor es profesor de Economía de la Conducta en la UNED de Tudela