Una vez más, y ya van tres seguidos, cerramos un año donde se han roto todas las previsiones. Todavía en febrero de 2022 la UE preveía que la inflación no superaría el 3,6%. Dos semanas más tarde, Putin decidía invadir Ucrania y hubo que rehacer todas las previsiones.

Lo cierto es que en Navarra el panorama es más alentador. Se han creado 602 sociedades mientras que se han disuelto 81, el crecimiento del PIB hasta septiembre fue de un 3,2% y el crecimiento de las exportaciones un 14,4%. No obstante, hay un factor que está lastrando la cuenta de resultados y la competitividad de nuestras empresas, y es la inflación. El Índice de Precios Industriales registra una variación interanual del 15,7% en noviembre, y si nos atenemos al precio de la energía, el ascenso es del 36,1% (en septiembre llegó a situarse en el 126%).

En este contexto la UE continúa marcando como reto la necesidad de afrontar una transición energética y una transformación hacia una economía circular que nos permita a su vez recuperar la competitividad. Para ello, es fundamental que vaya acompañado de una soberanía digital mínima. En este sentido, desde el Gobierno de Navarra estamos afrontando este marco europeo desde tres ejes transformadores.

En cuanto a la transición energética, desde Gobierno de Navarra hemos desarrollado el Programa Energy Berri, que pone a disposición de la ciudadanía y las empresas 92,4 millones de euros para que puedan acometer la transición energética. Esta transición debe estar basada en tres pilares: mayor generación de energías renovables, potenciación del autoconsumo y mejora radical de la eficiencia energética.

Así, cerramos el año con 19 autorizaciones administrativas previas concedidas, unos 330MW nuevos de energía limpia en nuestro sistema, algo que no se había producido nunca en nuestro territorio en tan estrecho margen temporal. Hemos sido la primera CCAA en aprobar una normativa propia para el impulso de las comunidades energéticas, y estamos gestionando cerca de 24 millones de euros de fondos Next Generation EU para el fomento del autoconsumo, que, junto con las deducciones fiscales, ha producido un aumento del 71,3% en el último año, convirtiéndonos en la CCAA que más ha aumentado la tasa de autoconsumo. Por otro lado, estamos también gestionando cerca de 11 millones de euros para el fomento de la eficiencia energética. A todos ello hay que sumar la convocatoria de ayudas extraordinarias de 20 millones de euros para financiar los sobrecostes energéticos.

Todo ello nos lleva al segundo eje transformador que se va a imponer en los próximos años, y para el que tenemos que estar preparados: la economía circular. El Gobierno de Navarra adoptó, ya en 2019 una Agenda de Economía Circular, y en la actualidad hemos querido dar un nuevo impulso a través de Navarra Zirkular, una iniciativa público-privada para extender este modelo económico en el tejido empresarial de la Comunidad Foral.

En lo relativo a nichos de mercado emergentes, como son el hidrógeno verde, el reciclaje y remanufactura de elementos de la industria eólica y el reciclaje de baterías eléctricas, somos la única CCAA que incluye una estrategia integral para todas ellas, incluida una fiscalidad ventajosa con deducciones en el Impuesto de Sociedades para estas actividades, aprobada el pasado 22 de diciembre por el Parlamento de Navarra.

Desafíos

Desde el Gobierno somos conscientes de que 2023 será un año clave para los sectores de la S4. En el sector de la automoción habrá que apoyar las inversiones necesarias para su electrificación. Asimismo, la industria verde presentará desafíos que podrán ser afrontados gracias al ecosistema consolidado que existe en Navarra. En el caso de la industria agroalimentaria deberá superar nuevos retos como la crisis generada por la inflación energética. Por último, no podemos olvidar el reto que supone para el sector de la salud el desarrollo de una medicina personalizada y de precisión.

Por su parte, el sector del turismo ha sido uno de los grandes azotados por la pandemia, si bien es cierto que en 2022 ha seguido la senda clara de la recuperación, en 2023 deberá apuntalarse. Para conseguirlo los fondos NGEU están proporcionando una oportunidad histórica para la transformación del sector, también basada en la sostenibilidad y una necesaria digitalización. En este sentido, Navarra está gestionando casi 80 millones de euros de fondos NGEU que ya se están implementando de manera territorializada por toda la comunidad.

Por último, la transformación digital en Navarra debe impulsar su productividad gracias al desarrollo e implantación de soluciones digitales basadas en la economía del dato, la automatización de procesos, y tecnologías de fabricación avanzada. La gran apuesta para lograrlo es el Polo de Innovación Digital-IRIS Navarra, que forma parte de la red europea de Digital Innovation Hub, dentro de cuyo marco la UE nos ha concedido más de dos millones de euros para su desarrollo. Un espacio de colaboración que busca impulsar la innovación y el desarrollo de nuevos productos y servicios al que estamos destinando un presupuesto de 27 millones de euros.

Por encima de todo, debo destacar el gran dinamismo empresarial. En cada fábrica y planta que visito, descubro un compromiso con el proyecto, con la plantilla y con el territorio que, francamente, impresiona y emociona. Soy consciente del esfuerzo y dedicación que esconde todos y cada uno de los proyectos, pero, como dice nuestro equipo que viste camiseta roja, del que tanto aprendemos cada domingo, somos un equipo. Talde bat gara. Feliz año nuevo. Urte berri on!

El autor es consejero de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Navarra