El FC Barcelona completó en El Sadar ante Osasuna una victoria de carácter, con un jugador menos durante más de 60 minutos por las dos amarillas a Lewandowski y que refuerza al club catalán en lo más alto de la clasificación de laLiga al cierre del episodio previo al Mundial de Catar, en un momento de necesidad tras su eliminación de la Champions League.

Y como un triunfo grande fue celebrado por los futbolistas culés, tanto en el césped del estadio rojillo, dedicando a sus aficionados los 3 puntos, como en la entrada a vestuarios, dando botes, repartiendo abrazos y entonando cánticos. La celebración fue tan efusiva que jugadores como De Jong, sonriente, daban a entender con sus gestos que quizá aquello era demasiado a estas alturas del campeonato. "Es una victoria tremenda", declaró Xavi Hernández, entrenador de los visitantes.

El de Terrassa reconoció la satisfacción del triunfo a pesar de haber tenido "todo en contra". "Lo hemos celebrado en el vestuario, lo teníamos todo en contra, el gol, la expulsión, que para mí es rigurosa, y demuestra que somos un bloque, una familia y que tenemos carácter. El equipo ha demostrado una sensación de equipo buenísima", indicó.

"Es muy pronto, no hay que alzar las campanas al vuelo, es un victoria tremenda, con el gol en contra pronto y el equipo se sobrepone. Por eso tiene madurez, estoy muy orgulloso del equipo. Al final les he dicho que tendríamos nuestros momentos, que nos teníamos que colocar en un 4-4-1 y que había que tener fe y personalidad porque lo sacábamos", afirmó.

Al término del encuentro, desde Graderío Sur se profirieron algunos insultos al Barça que fueron respondidos por parte de los aficionados barcelonistas que se ubicaban en una de las esquinas del estadio. La cosa no pasó a mayores y el desalojo de El Sadar fue rápido y fluido.

Cuando el césped estaba despejado de jugadores, técnicos y equipo arbitral, el presidente del Barcelona, Joan Laporta, salió a celebrar con su afición el triunfo, puño en alto y dando botes.