“Nunca me ha gustado el fútbol. De pequeño tienes un montón de grupos sociales, y sobre los 12 años estaba con un grupo de chicos con los que todo era fútbol. Yo decía que era del Barcelona, por mi padre, que sí lo es. Yo he visto aficionados del Málaga, del Racing por la tele, y me preguntaba por qué no sentía yo lo mismo por el Barça como ellos por sus equipos. Les dije entonces que me iba a hacer del primer equipo que jugara como local, en el primer partido que viéramos en un bar. Y fue precisamente un Osasuna-Málaga. Mis amigos se empezaron a cachondear. No sabía qué era Osasuna por aquel momento”. Estas palabras son de Alberto Deltell, ‘Beto’, aficionado rojillo en Elda, que, sin tener familia o sangre navarra, va a recorrer 637 kilómetros para ver al equipo este miércoles.

“Al principio yo no sentía los colores, pero poco a poco me fui informando de la historia del club y veía los partidos. Ahora, Osasuna es como una droga, cuanto más la consumes más dependes. Llegó un momento en el que me puse a llorar viendo que mi equipo había ganado, El Sadar animando. En ese momento me sentí identificado y dije que quería formar parte de ello. Ahora dependo de Osasuna y mi relación ha llegado a ser tóxica. Si el equipo perdía un partido, me condicionaba el día”, asegura. 

El azar cruzó los caminos del club rojillo y de este joven aficionado de 24 años (hace 25 el 17 de marzo). “El correo de Osasuna me falta imprimírmelo y ponerlo como un poster en la pared. Siempre tienes el miedo de que se te borre. Al fin y al cabo, pensaba que el momento de llegar a El Sadar no iba a llegar nunca. Yo estaba acostumbrado a viajar por mi comunidad o aquí cerca como Elche, Valencia, Albacete, Lorca. Si te pusiera un ejemplo, es como los cristianos, que adoran a Dios, en la vida tienen que ser buenos para que les llegue el premio de subir al cielo; pues para mí es igual, mi cielo es El Sadar, considero que he hecho las cosas bien y mi premio tiene fecha: el partido de este miércoles”, se sincera este fan, que tiene 112 escudos del equipo en el ‘templo’ de su cuarto.

‘Beto’ relata cómo consiguió las entradas. “Casi me desmayo. Me levanté, tenía que ingresar el dinero en el banco. Cuando llegué a casa no paraba de refrescar la página. No quedaban uñas para comerme. Me metía en la página y me echaba. Iba a ciegas, porque no sabía la ubicación. Cuando por fin me deja hacer la compra, me pide los datos míos y de mi padre. Le desperté de las ganas que tenía. Cuando me sale el email de Osasuna con las entradas me tiré en la cama como si fuera la imagen del código Da Vinci diciendo: ‘lo he conseguido’”, recuerda.

El joven valenciano espera poder saludar a los aficionados que le han escrito en estas últimas semanas. “Con algún aficionado he interactuado algo, pero si quieren algo, ahí me tienen. Somos familia. Estoy deseando conocer a alguno en el campo”, apunta, antes de agregar que “no sé digerir todo esto. Es como que el sueño ese que veías tan lejos y veías que no llegaba, te lo ponen delante y no sabes cómo actuar. El móvil lleno de mensajes. No me lo esperaba. La familia rojilla nos apoyamos siempre. No tenían la necesidad y se han volcado de lleno”. En cuanto a la eliminatoria, ‘Beto’ asegura que “el equipo seguro que está enfocado en darlo todo”.

'Beto' posa con su tatuaje de Osasuna.

'Beto' posa con su tatuaje de Osasuna. Cedida