Guardo subrayada una frase de Pancho Villegas que es hija de otro siglo y que, como la vida es así, de tiempo en tiempo recupera actualidad. “En el mundo faltan delanteros y democracia”, dijo el jugador y entrenador argentino, fallecido meses después del golpe militar en su país (1976). Hablaba con conocimiento de causa porque su carrera como futbolista le trajo a Europa y como técnico dirigió a varios equipos sudamericanos. A día de hoy los delanteros no se han extinguido y la democracia aguanta los embates de la ultraderecha, pero son dos bienes que hay que seguir protegiendo.

En el caso de Osasuna, que es lo que nos ocupa, en la actualidad sus delanteros son lo que son y su perfil democrático como club, por completar el cuadro, es, a veces, como es. Todo sistema tiene imperfecciones, también en el césped y en la moqueta. Las de la hierba vienen acompañadas por la urgencia de los resultados; porque cuando no es eludir el descenso es jugar una final o aspirar a un torneo europeo. No hay tregua. La exigencia en el deporte profesional es consustancial a la actividad, por mucho que Braulio Vázquez quiera quitar presión y cambiara “exigencia” por “ilusión” en sus declaraciones previas al partido de ayer. Es su papel, aunque supongo que cuando el director deportivo contrata a un futbolista su criterio está determinado por la cantidad de euros que el club puede desembolsar en la operación y que espera recuperar en el campo más que por la ilusión que le transmita el jugador. Porque cuando la exigencia aprieta se suelen ver las costuras. Le pasó ayer a Osasuna, obligado a puntuar en el campo del Atlético de Madrid para no perder el paso en este sprint final por un puesto en la Conference League. El equipo de Arrasate se descosió en defensa y cuando reaccionó en busca de un gol reactivador no encontró al delantero abrelatas. Es una carencia ya detectada esta temporada, en la que el equipo solo ha marcado 32 goles, ha ganado cuatro partidos por 0-1 o 1-0, ha cerrado cuatro empates a 0-0 y otros cuatro a 1-1. No es algo atribuible solo a los delanteros, que viven de los pases de sus compañeros tanto como de su propia habilidad, pero en agosto había motivos para esperar mejores números de Chimy, Budimir y Kike García. No está siendo así; es sintomático que el argentino juegue más en banda que en posición de 9, que el croata solo ha anotado en cuatro encuentros y que el conquense solo ha aportado dos goles en Liga. Está fuera de duda su trabajo en un puesto que en Osasuna requiere más sacrificio que en otros equipos, pero su estado de ánimo, su ansiedad por hacer gol, se plasma en los disparos a puerta sin ton ni son de Chimy, en el egoísmo de Budimir o en las recriminaciones de Kike a sus compañeros cuando no le pasan el balón. Es natural porque ellos viven mucho de la exigencia y menos de la ilusión. Y en este proceso de mejora que atraviesa Osasuna, la figura del hombre-gol es clave: lo sabe la dirección deportiva, que desembolsó más de 8 millones de euros por el internacional croata, que salta al campo con esa mochila a la espalda.

Parece que Braulio ya tiene atado un central y un jugador de banda; no se habla nada de un delantero, pero creo que Osasuna, analizando lo que está siendo la temporada, necesita revitalizar esa posición, mejorar las prestaciones. Parece necesario para el curso que viene. Lo de la democracia se puede mejorar el próximo domingo.

Confidencial

Herrera, en la órbita de Lopetegui. Titular ayer, Sergio Herrera sigue en el foco de los rumores. El último que circula por su Miranda natal apunta al interés del Wolverhampton de Julen Lopetegui por su fichaje. El guardameta rojillo es muy del gusto del entrenador guipuzcoano.

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Las mejores imágenes del Atlético de Madrid-Osasuna EFE

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1x1 de Osasuna ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano DIARIO DE NOTICIAS