Osasuna jugará una competición europea la próxima temporada si esta tarde gana al Girona. Es una simple relación causa efecto que no necesitará de nada más, de ningún factor externo, cruce de resultados o carambolas. No serán necesarios los transistores ni tampoco habrá tensión desprendida ni añadida desde otros terrenos de juego. Solo Osasuna deberá cumplir con su parte vital del plan y sumar una victoria para que todo termine con un final feliz, con los dos pies en Europa. Alguna quiniela más sonríe a los intereses de los hombres de Arrasate, pero no es día de permitir cualquier intromisión.

El cruce de los destinos ha hecho que el Girona necesite también los tres puntos de esta tarde para alcanzar su objetivo y, en su caso, ni siquiera la victoria le asegure meterse en la Liga Conferencia. Es decir, lo suyo tiene mucho más suspense porque depende de otros resultados y, por eso, se presenta como una hazaña necesitada de más aciertos en su quiniela. El partido lo tiene todo en cuanto a emoción.

Osasuna ya sabe que deberá hacer muchas cosas bien para sumar los puntos porque el rival, uno de los equipos revelación del torneo, no tiene nada que perder y todo por ganar. No va a dejar de ser curioso cómo se plantea este encuentro porque existe una necesidad similar, una previsible colisión de intenciones, incluso de actitudes en el campo, y ya se verá qué queda del impacto. Salir a ganar es obligación, necesidad, ilusión. Conseguirlo, el súmmum.

Castigada toda la temporada, la demarcación de lateral derecho también llega herida al último encuentro. Rubén Peña ha estado ausente del trabajo con el grupo durante toda la semana y ahí se puede abrir una veta para el relevo del que ha sido el defensa de ese flanco en los últimos encuentros. Arrasate, de todos modos, también anunció que en el último partido hay que pedir el último esfuerzo y quizás esto sea aplicable para el futbolista abulense como para algún otro. Moi Gómez lleva un tiempo entre algodones –se ha perdido los tres últimos encuentros– pero también se ha hecho un sitio en la última convocatoria de la temporada, en la que han entrado los habituales chavales del Promesas que ha tenido participación –importante– en los planes de Arrasate.

El técnico rojillo tiene así prácticamente a todo el personal en condiciones porque también recupera a Budimir, ausente en el anterior encuentro de Liga en Getafe. El croata está llegando a los mejores momentos de su forma cuando se dice adiós al campeonato. Sin embargo, el argumento ofensivo decisivo se espera que sea de nuevo Abde. El marroquí se despide de la afición de El Sadar y a su nivel de rendimiento medio puede hacer saltar la banca.

El Girona sólo ha conseguido dos puntos de los últimos doce posibles y eso ha retardado una marcha triunfal que no afea su gran temporada. El conjunto catalán tiene en su facilidad para el gol uno de sus grandes aliados y sus 57 dianas, en la comparativa con Osasuna, significa que lleva 22 más que los rojillos en este apartado. De esa fortaleza ofensiva tendrá que preservarse Osasuna. Pero sobre todo, ganar.