El Casco Viejo se convertirá en la primera Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Pamplona, una exigencia que contempla la nueva ley de Cambio Climático para las ciudades de más de 50.000 habitantes y que debe estar en vigor para el 1 de enero de 2023. 

Las ZBE son áreas en las que el acceso a determinados vehículos está restringido debido a sus emisiones, es decir, son medidas pensadas para mejorar la calidad del aire

Se circunscriben a un área amplia dentro de la ciudad, o incluso a la ciudad entera, y permiten la entrada a los vehículos que cumplen con los mejores estándares de emisiones. En algunas zonas de bajas emisiones de los vehículos más contaminantes tienen que pagar más si entran en la zona de baja emisión. 

La ZBE puede ser permanente, como se decidió en el caso de Madrid y Barcelona, o temporal, dependiendo de los episodios de contaminación, como en Valencia o Sevilla. 

En el caso de Pamplona, la decisión que se ha tomado es que sea el Casco Viejo –donde ya existen controles de acceso– el primer barrio en convertirse en ZBE.

Según las previsiones que maneja el Ayuntamiento, a continuación vendrá el I Ensanche, en una segunda fase se implantará la ZBE en el II Ensanche y Milagrosa será el tercer barrio.

Fermín Alonso, concejal delegado de Proyectos Estratégicos y Movilidad, señaló que el proyecto se adjudicará en breve (se prevé que sea de forma inminente) con el objetivo de llegar a tiempo al plazo marcado por la nueva legislación. 

No descartó que los plazos puedan ampliarse, ya que el Rel Decreto no ha sido publicado todavía y los consistorios están trabajando sobre borradores no definitivos.

En cualquier caso, Alonso aseguró que Pamplona tendrá una ZBE para el primer día de 2023 y confirmó que las restricciones futuras en el Casco Viejo no afectarán a vecinos, comerciantes ni repartidores. 

Adjudicación inminente Para el proyecto de zonas de bajas emisiones, se han recibido 1,8 millones para crear aparcamientos disuasorios y poner en marcha el sistema de gestión de las ZBE, además de para la redacción del proyecto de Zona de Bajas Emisiones.

El pasado 30 de mayo, la Junta de Gobierno Local aprobó la licitación para crear la Zona de Bajas de Emisiones, con presupuesto de 71.995 euros para 2022 y 2023.

La empresa adjudicataria se encargará de realizar un diagnóstico previo de la situación, que cuente con participación ciudadana, y que determine en qué punto se encuentra la ciudad en materia de emisiones contaminantes y calidad ambiental y del espacio público. 

Con ese análisis previo, se elaborará una propuesta de implantación de Zonas de Bajas Emisiones que, tras una labor de contraste con técnicos municipales y agentes sociales, dará lugar a una estrategia para su puesta en marcha en varios barrios de la ciudad en distintas fases.

El despliegue de la Zona de Bajas Emisiones de Pamplona requiere, no solamente definir las condiciones técnicas y jurídicas y las estrategias de implantación, sino que será necesario habilitar sistemas de control de calidad del aire y del ruido, sistemas de aforos de vehículos y sistemas de control de accesos a la zona y de aparcamientos en superficies, entre otros. 

Para este despliegue tecnológico, se licitará un procedimiento de contratación en paralelo al que se aprueba hoy, que se centra en el diseño del proyecto de implantación.

Para proyecto de zonas de bajas emisiones, se han recibido 1,8 millones para crear aparcamientos disuasorios y para poner en marcha el sistema de gestión de las ZBE, además de para la redacción del proyecto de Zona de Bajas Emisiones cuya licitación se ha acordado hoy.

Herencia del cuatripartito Resulta paradójico que el alcalde Maya haya tenido que echar mano de un proyecto de la pasada legislatura al que criticó sin descanso por los males que supuestamente iba a provocar. 

Sobre el Plan de Amabilización se dijo de todo: que iba a atascar el centro de coches, que sería la perdición para los comerciantes del Casco Viejo o que dificultaría el acceso al transporte urbano comarcal.

El cuatripartito se mantuvo firme y el número de vehículos comenzó a disminuir poco a poco, al mismo tiempo que aumentaba el número de carriles bici.

Alegaciones. El proceso para llegar a este punto no ha sido sencillo, en medio de las tensiones entre Navarra Suma y las fuerzas progresistas, que se intensificaron al conocerse que el Ayuntamiento había presentado alegaciones a la ley de cambio climático sin conocerlo la mayoría municipal.

LOS DETALLES

Pegatina DGT. Pamplona no ha ratificado la normativa relativa a la circulación de vehículos en las zonas de bajas emisiones. Está previsto que el distintivo ambiental (pegatina DGT) sea el condicionante que decida que coches van a poder entrar y cuales no en la futura ZBE. 

Control del aire y de las matrículas. Los sistemas de gestión de esa Zona de Bajas Emisiones requieren de inversiones en equipamiento para el control de la calidad del aire y del ruido o para el control de aforo e identificación de matrículas de cara a su puesta en marcha antes de 2023. 

Fondos europeos. Se han recibido 1,8 millones para aparcamientos disuasorios y para poner en marcha el sistema de gestión de las ZBE y la redacción del proyecto.