El error detectado la semana pasada por una familia al recoger las cenizas de su madre ha obligado al Ayuntamiento de Pamplona a cambiar el protocolo de las incineraciones que se emplea en el cementerio municipal.

Así lo ha anunciado este miércoles el concejal de Sanidad Fernando Villanueva tras la pregunta formulada en la Comisión de Urbanismo por el concejal de Geroa Bai Javier Leoz interesándose por el episodio sufrido por la familia Grau-Irigoyen.

El representante de Navarra Suma ha confirmado que hubo un error en el etiquetado de las cenizas y que no coincidía el nombre que aparecía en la funda y el de la urna.

“Hechas las comprobaciones oportunas se puede asegurar con toda certeza que las cenizas eran las de la persona fallecida y que no hubo equivocación” ha comentado Villanueva.

Para evitar que pueda producirse un caso similar, ha confirmado que ya está en vigor un nuevo procedimiento para comprobar las identidades de las cenizas.

“Se van a realizar dos fotografías con el etiquetado de la funda y de la urna. Una vez comprobado que son iguales se podrá seguir con el protocolo. De esa forma se evitará el error en el etiquetado” ha indicado el edil de Sanidad.

El episodio en cuestión ocurrió la semana pasada, cuando la familia preguntó al personal del cementerio por la identificación de la urna con los restos de Antonina Irigoyen Aizpún y se comprobó que la etiqueta de la tapa interior contenía el nombre y apellidos de otra persona y que no se correspondía con el nombre y apellidos que figuraban en la etiqueta exterior de la urna. 

La explicación que recibieron en ese momento fue que se había tratado de un error y que habían equivocado las etiquetas, pero les aseguraron que las cenizas se correspondían con las de su madre.

Como persistían las dudas sobre la identidad de las cenizas, la familia mantuvo una conversación telefónica con el secretario técnico del área de Sanidad del Ayuntamiento, Carlos Eguizábal, que se comprometió a aclararles el procedimiento seguido en este caso.

De forma adicional, Javier Grau acudió a las dependencias de la Policía Municipal para presentar una instancia ante el Ayuntamiento de Pamplona con el mismo objetivo.   

Explicaciones oficiales del episodio

En informe oficial emitido posteriormente, se asegura que en la etiqueta errónea figuraba el nombre de otra persona que había sido incinerada el mismo día 8 de noviembre media hora antes que Antonina. Mientras los restos de Antonina estaban siendo cremados, las cenizas de esta otra persona habían salido de la procesadora de cenizas, se colocaron en su urna y se trasladaron a la oficina para ser entregadas al tanatorio.

En ningún momento hubo manipulación simultánea de las cenizas de dos personas, por lo que, insistimos, el fallo fue debido a una distracción del trabajador en el momento de la impresión de la etiqueta. En la máquina quedaron registrados los datos de la persona anterior y volvieron a imprimirse sin comprobar que no se correspondían con los de la etiqueta exterior de la urna de Antonina Irigoyen”.

Para llevar a cabo las comprobaciones, se realizó la trazabilidad de las urnas entregadas a los tanatorios de las dos cremaciones realizadas ese mismo día 8 de noviembre inmediatamente anterior y posterior a la cremación de Antonina. “Tras las conversaciones telefónicas mantenidas entre las 11:15 horas y las 11:30 horas del día 9 de noviembre con los tanatorios de Izarra (que recogió las cenizas de la persona cremada inmediatamente anterior a Antonina) y San Alberto (que recogió las cenizas de la persona cremada con posterioridad) ambos tanatorios nos confirman que tanto la etiqueta interior de la urna como la exterior son correctas” dice el informe al que ha tenido acceso este periódico.

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Para asegurar que no vuelva a repetirse este fallo, se ha instaurado el nuevo procedimiento para reforzar la comprobación del etiquetado consistente en realizar una fotografía de las dos etiquetas, interior y exterior, de la urna.

Una vez comprobada la coincidencia de las dos etiquetas se continuará con el procedimiento de entrega de las cenizas, y las fotografías realizadas se irán archivando sistemáticamente en una unidad de red informática.