El proyecto previsto por el Ayuntamiento de Pamplona para reparar la presa de Santa Engracia en el río Arga se complica.

La consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha remitido un nuevo informe a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en el que rechaza la propuesta para restaurar el azud, roto parcialmente desde una riada en 2017.

Es la segunda vez que el Gobierno de Navarra da su parecer sobre este proyecto y en los dos casos la respuesta ha sido la misma: no debe repararse por los impactos negativos que genera la presa.

El informe ha sido elaborado por el servicio de biodiversidad de Medio Ambiente a instancias de la propia Confederación, entidad dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y responsable de decidir sobre la propuesta del Ayuntamiento.

Los técnicos de la Consejería entienden que la presa “limita el transporte de sedimentos, la migración de las especies, provoca embalsamientos, la fragmentación del Arga y limitaciones a una dinámica más natural del río”.

Como ya sucediera en 2020 con la primera propuesta del Ayuntamiento, Medio Ambiente alude en su nuevo informe a la normativa vigente (la directiva Marco del Agua y la directiva Hábitats) para oponerse al proyecto.

Según los técnicos del Servicio de Biodiversidad, el segundo proyecto del Ayuntamiento de Pamplona “no difiere demasiado del primero” ya que la disminución prevista de la altura del azud (de 15 a 20 centímetros) “no supone una variación significativa en lo referente a los impactos que esta infraestructura genera en el cauce y expuestos en el informe emitido con fecha 1 de julio por el Servicio de Biodiversidad”.

Medio Ambiente alude a la resolución de la CHE emitida el 23 de julio de 2020, cuando no autorizó la primera propuesta de reparación al Ayuntamiento de Pamplona, al que además requería la demolición de la presa (se le dio un plazo de 9 meses para presentar el proyecto de demolición).

"Restos relevantes"

En aquella resolución, la CHE dejó una puerta abierta a la permanencia de los restos originales del azud, aunque con condiciones muy concretas y siempre que no fuera obstáculo "para el paso de peces ni al régimen de corrientes”. En ese supuesto, la Confederación permitiría una “demolición sólo parcial” de la presa para mantener los restos históricos que se “consideren relevantes”.

Para el Gobierno de Navarra, el segundo proyecto presentado por el Ayuntamiento de Pamplona va mucho más lejos de los criterios marcados por la CHE en su dictamen: “En la memoria presentada se describen las actuaciones no solo para la puesta en valor de los restos históricos existentes que se consideren relevantes, sino que se ha propuesto una restauración completa del azud”.

“En la memoria presentada se describen las actuaciones no solo para la puesta en valor de los restos históricos existentes que se consideren relevantes, sino que se ha propuesto una restauración completa del azud”

El Gobierno foral considera que la eliminación de la presa supone “una importante mejora hidráulica, ecológica, paisajística y ambiental” y que “liberará al río del obstáculo de las corrientes, recuperando lo máximo posible su continuidad longitudinal, y permitiendo el paso de peces y el transporte de sedimentos”.

El informe únicamente tiene en cuenta los aspectos medioambientales relacionados con el río y su dinámica fluvial, sin valorar cuestiones de valor patrimonial, cultural o deportivo de la presa.

El expediente se encuentra en fase de tramitación en la CHE, según confirmaron recientemente oficiales de la entidad, mientras se analiza la documentación disponible.

El Centro Ibérico Fluvial, también en contra

Uno de los informes que deberá analizar la Confederación procede del Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF), que también ha solicitado que se rechace la propuesta del consistorio pamplonés, que califica de “inaceptable”.

El Centro Ibérico de Restauración Fluvial advierte de la existencia de “una serie de errores de bulto” en el proyecto dedel Ayuntamiento de Pamplona y reclama a la CHE que “dé cumplida ejecución a lo dispuesto en el acto firme que resuelve la denegación de autorización de reparación de la presa y al requerimiento inmediato de la presentación del proyecto de demolición de estas ruinas y de la adecuación del río Arga en ese tramo”.

El proyecto de reparación del Ayuntamiento apela a motivos históricos y recreativos. Propone la reposición de la piedra y la estructura de madera, la limpieza del hormigón que recubre varias zonas del azud y la reconstrucción de sillares y vigas de la compuerta de desagüe. Además, se instalaría una escala de peces.

De esta manera la presa quedaría formada por una estructura de madera con forma triangular, rellenada posteriormente el espacio interior con piedra más pequeña y argamasa, disponiéndose en la hipotenusa del triángulo piedra de mayor tamaño con forma de prisma.

Alegaciones

El Ayuntamiento ha incorporado informes favorables a la reparación de la Federación de Remo (el Club Náutico utilizaba la lámina de agua que generaba el azud para sus actividades) y de la Federación de Pesca.

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En contra de la reparación se han posicionado colectivos ecologistas como Arga Bizirik o Ríos con Vida.

La presa fue construida en el siglo XIII con piedra de sillería para servir al molino harinero municipal. Desde hace años está sin uso.