Un fin de semana de ensueño. Jon Ander Peña y Jon Mariezkurrena se encaraman a las semifinales del Campeonato de Parejas desde la sexta posición, después de superar dos pruebas en el play-off. Lo hicieron en ambas con el mismo resultado: 10-22 ante Urrutikoetxea-Albisu este viernes en Zumaia y 22-10 ante Peio Etxeberria-Rezusta este domingo en Bilbao. En la montaña rusa que ha sido el torneo para el zaguero de Berriozar, el camino se encuentra en el punto más alto. En el Bizkaia cuajó un partidazo. Su derecha da miedo. De campeonato. Está a la altura de la de José Javier Zabaleta, aunque la regularidad del de Etxarren sea un punto a su favor. Con todo, el de Berriozar marcó la dinámica con un recital pegador y finalizó la contienda con un dos paredes legendario. Sus números: cinco tantos y ningún error. La silueta de Beñat Rezusta quedó marcada con tiza en el rebote.

Su diestra, después de sufrir cuatro suspensiones, subidas y bajadas en la noria del dolor, con el pertinente paso por el diván del guardaespaldas navarro, está dispuesta para la batalla. En el momento exacto. Normandía en la palma de una mano. Mariezkurrena II fue superior a Rezusta, al que tuvo muy lejos del frontis. Eso, aunque el bergararra posea un pelotazo eléctrico, elimina el brillo a cualquiera. Incómodo. Jon, rutilante, fue el metrónomo del encuentro. Puso la música; sobre todo, después de un inicio duro y tenso, peloteadísimo. Un dato: en el 9-8 se registraban ya 343 pelotazos a buena. Una barbaridad. Una tortura. En el 12-8 iban 421. De ahí al final se contabilizaron únicamente 146 más. La tensión, pues el encuentro era una eliminatoria de acceso a las semifinales del Parejas, fue una invitada más a la cita y sonrió al bando colorado.

En ese magma, Peio Etxeberria quiso mostrar de qué madera estaba hecho. Peña II no dispuso de demasiadas oportunidades pero jugó serio, con cabeza, con la certeza de que los estados de ánimo y la ansiedad también se hacen carne en una cita de tamaño calado. Un vistazo al retrovisor: los de Baiko venían de salvar una eliminatoria y los de Aspe, por contra, de caer en su primera oportunidad ante Laso e Imaz, dilapidando un 19-21 a favor.

Si bien el delantero azul estuvo activo y agresivo en el descorche, no fue capaz de encontrar su mejor versión cerca del frontis. Asumió responsabilidades sin suerte. La tendencia, no obstante, hizo crecer a Peña II-Mariezkurrena II, sólidos. El de Berriozar, brillante en la propuesta, sin acumular errores, desató la sonrisa. Aun así, los de Baiko no lograron despegarse. En el cuatro iguales se habían cruzado 170 pelotazos. Los delanteros tenían complicado crear. Peña II se impulsó en el cemento. Tila y trabajo de serenidad ante una cita de pulsaciones por las nubes. Todo un acierto.

A raíz de entonces, creció la sombra de un Mariezkurrena II determinante. Su derecha fue un arcoíris en un Bizkaia con una pobre entrada. En el 8-5 puso a Beñat en el nueve. Se fueron 9-5 pero los de Aspe reaccionaron con un error de Peña en la cortada –su primer fallo, ya que el segundo, también en ataque, fue el 13-9–, un precioso dos paredes con efecto de Peio y un pelotazo atrás de Rezusta. 

Con el 9-8, llegó el recital de Mariezkurrena II. Monólogo. Peña encontró el camino y se desquitó, espumoso con el viento a favor (13-8, 17-9 y 22-10). Cuidado con ellos.