Defiende la necesidad de cambiar los partidos, pero al final imperan los aparatos.

-Yo a esos aparatos los veo completamente innecesarios. Puede haber una estructura permanente de gestión, no tanto exclusivamente preparada para la contienda electoral.

Conquistar el apoyo social supone transformar más cosas.

-Por eso los partidos deben ser muy transversales. Si hay uno interesado en la gestión de presupuestos participativos, directamente por los ciudadanos, para eso tiene que haber gente de derechas, de izquierdas, y sin posición política, y a lo mejor lo que van a hacer es un parque en una ciudad. Para eso no hace falta ser de izquierdas todos, ni mucho menos.

Eso en el ámbito municipal. En cuestiones más ideológicas o conflictivas es más difícil.

-No se crea, porque, por ejemplo, podemos hablar ahora mismo de la España vacía, o de las naranjas que se están tirando, y se pueden plantear alternativas con estructuras de agrupaciones ciudadanas que también gestionen lo público.

¿Hay algo extrapolable entre todo su análisis que pueda aplicar la monarquía, por ejemplo en su función de arbitraje?

-Desgraciadamente no la tiene.

Función teórica.

-Yo creo que es una función simbólica más que de arbitraje.

La Constitución lo dice.

-Sí, pero no articula el arbitraje, en el fondo no puede hacer nada. Y está bien, porque no tiene mucho sentido. Creo que es más bien, independientemente de lo que dice la Constitución, un símbolo, aunque puede ayudar. Eso era posible en los 80, desgraciadamente vivimos un momento en el que estamos presenciando que ese modelo no ha funcionado, no ha sabido adaptarse a las circunstancias.

¿Por?

-Yo creo que fundamentalmente por el mal ejemplo. No hay nada más corrosivo que la corrupción o la actitud no ética de alguien que es emblemático en la política, aunque sea puramente simbólico. Eso lo destroza todo. A mí me duele muchísimo. Yo he tenido trato con el rey Juan Carlos en ocasiones, y veo ahora dónde está, y es tremendo. Pero es que se ha situado en un margen donde no es posible que se le respete.