Dice la RAE, que la palabra ‘Gesto’, en su sexta acepción, significa “rasgo notable de carácter o de conducta”. Gesto por la Paz de Euskal Herria cumplió con esta definición. Aquel movimiento nacido en Bilbao en 1985 hizo del silencio un gran mensaje. Una carga de profundidad y de valentía ética en la defensa de los derechos humanos frente a la sinrazón de la violencia. Concentrándose después de cada asesinato y muerte violenta durante cuatro largas décadas. Rompiendo esquemas. Organizando asimismo grandes movilizaciones que contribuyeron a sacudir la conciencia de la sociedad frente a secuestros y asesinatos. Zinemaldia ha acogido el estreno de ‘Gesto’ un documental sobre esta movilización a menudo incomprendida o desatendida por el grueso de la sociedad, y muchas veces contestada desde sectores afines a ETA que pasaron incluso al acoso y a la intimidación. ‘Gesto’ está dirigido por Xuban Intxausti, y ha sido en parte impulsado por un crowdfunding aún abierto por la asociación Gogoan-por una memoria digna. Hablamos del documental y de la historia de Gesto, que se disolvió en 2013, con cinco nombres que fueron parte activa de esta coordinadora en Navarra. La cita es en la plaza Consistorial de Pamplona, donde tantas veces acudieron a las concentraciones silenciosas. “A la gente joven hay que enseñarle qué pasó”, dice uno de los participantes, Javier Alcalde, para quien “todavía hay una enfermedad moral y ética de una parte de la sociedad que todavía enaltece a los asesinos”. 

Asun Apesteguía: Gesto por la Paz me sirvió de mucho. Me vi muy arropada, pese a los momentos de soledad que me tocó vivir en un lugar como la Txantrea. Como estaba activa políticamente no estaba en el aparato organizador, porque entendía que era mucho mejor estar fuera. Si no parecía que le dabas un simbolismo político que no debía. Cuando vimos que en la plaza del Ayuntamiento había mucha gente, hicimos otro grupo en la plaza de la Cruz. En la Txantrea hubo otro, pero desistimos, porque éramos la familia y dos más que se atrevían, que eran amigos. 

Javier Alcalde: Había gente de la Txantrea a la que le resultaba más cómodo venir a la plaza del Ayuntamiento, donde se encontraban más arropados por policía, periodistas y la gente. Qué valor había que tener para estar en la Txantrea.

Asun Apesteguía: Te dabas a conocer, las consecuencias de pertenecer por convencimiento a Gesto por la Paz fue lo más duro. Pero yo lo volvería a repetir, y también mi actividad política, aunque nos tocó pasar una época muy dura. Porque creo en la justicia social y en los derechos humanos. Mi madre, una mujer que había vivido la posguerra, y fue a vivir a las primeras casas de la Txantrea, me decía: yo no me voy a ir de mi casa. Y no nos fuimos, y ahí permanecimos. Fue muy duro, pero permanecimos. 

Javier Alcalde: El grupo de la Txantrea y el de Etxarri Aranatz fueron dos ejemplos dentro de toda la Coordinadora, además de algunos pueblos de Gipuzkoa. En Etxarri pasé miedo.

“Cuando Gesto empezó a ser referente, pensaron que iban a perder una sociedad controlada”

Xabier Ollo

Xabier Ollo: La teoría de la ‘socialización del sufrimiento’, la ponencia Oldartzen y todas estas historias, además de las contramanifestaciones, eran consecuencia de que Gesto por la Paz estaba funcionando a nivel social. Cuando Gesto en un principio era poca gente no molestaba, la calle la seguían dominando. Cuando empezó a salir más gente, comenzó a ser un referente, pensaron que iban a perder una sociedad que tenían controlada. En ese momento iniciaron la estrategia de la ‘socialización del sufrimiento’ y empezó la violencia de persecución y una escalada de asesinatos. Fueron a por los políticos, algunos de alto nivel, pero en general a los de base. Era un intento de seguir amedrentando a la sociedad.  

Asun Apesteguía: A mí , como consecuencia de esta situación, me tiraron 17 cócteles molotov en casa un sábado a las 4 de la tarde. No sé lo qué será el infierno, pero imaginad lo que es una escalada de cóctel tras cóctel, aquello fue un chandrío. 

Aitor Rodríguez: Estaban también las actitudes de aislamiento. Imaginaos un chaval que está el instituto y por ser de Gesto intentan aislarlo.

Javier Alcalde: Atacaban a uno para amendrentar a todos. Atacaron la farmacia donde trabajaba porque puse el lazo azul. ¿Qué comercios del Casco Viejo puso al día siguiente el lazo? Ninguno. 

Aitor Rodríguez: Mucha gente que en mi pueblo participó aislándome, retirándome el saludo, insultándome, no se había leído una teoría para seguir ese camino. Pero lo veía en alguien y colaboraba.

Miguel Izu: Eso en general ha pasado mucho en la política, nos hemos enfadado entre amigos, vecinos, compañeros del trabajo y demás por estos temas, porque desde luego no nos enfadamos por política económica. Pero por el terrorismo sí, nos hemos dejado de hablar.

Xabier Ollo: Había dos elementos en Gesto por la Paz que fueron muy importantes. Los derechos humanos de todo el mundo, contra todas las muertes, con lo duro que podía ser, y que a veces costaba más a unos que a otros, pero que nos servía de trabajo personal. El segundo fue la desvinculación de un conflicto político como puede haber, con el hecho de que unas personas hubieran optado por una vía de violencia, de terrorismo, de violación de derechos humanos, para conseguir determinados objetivos políticos. Una cosa no conllevaba directamente a la otra ni viceversa. Esto último costó mucho más que calara en los partidos políticos. 

“Creo que Gesto ganó por goleada. Aportamos dignidad a una sociedad enferma por completo”

Aitor Rodríguez

Javier Alcalde: La separación del conflicto político y el conflicto violento, era uno de los mantras de Gesto. Recuerdo que el 94% de los atentados de ETA fueron en democracia. ETA mató a muchísima más gente después de morir Franco que antes de morir. Como dice Xabier, uno de los marchamos de Gesto fue que salíamos cuando moría cualquier persona, fuese un policía o un miembro de ETA que había muerto intentando matar poniendo una bomba. Una de las frases más duras que oí de las mil que oímos en la plaza del Ayuntamiento fue uno que se me puso delante y dijo: salid por vuestros muertos, no por nuestros muertos. Hasta dónde llega la miseria moral, nosotros no hacíamos distingos. No es lo mismo que a alguien le maten o que alguien muera intentando matar o matando, pero valorábamos que todas las muertes eran un drama y condenables.

Xabier Ollo: Ahora tenemos lo mismo. Parece que unas víctimas son mías y tú no puedes hablar de ellas, y no las puedes juntar con tus víctimas o con las víctimas de otro. Nosotros nos posicionábamos contra todas las muertes. Ahora no hay un movimiento por todas las víctimas. Gogoan sí está trabajando en ese sentido, pero a nivel político se está otra vez volviendo a los míos y los tuyos.

Miguel Izu: Eso es una batalla de fondo, que la llevamos mal. Todas las personas valen lo mismo, todas las muertes son injustas y todas las víctimas merecen reconocimiento. En este país tenemos otro precedente nefasto, que es la Guerra Civil. Todavía no hemos dicho que todos aquellas muertes fueron injustas, que estuvo mal matar en los dos bandos y todas las víctimas merecen respeto. Todavía estamos discutiendo eso. Estas que fueron más recientes lo mismo. Fue igual de malo que matara ETA que matara el GAL. Todavía no hemos llegado a eso. Y todas las víctimas, sea como sea, merecen recuerdo. Y yo creo que es la tarea que se han quedado ahí, importante, que no la hizo Gesto, pero hay que hacerla. 

“Gesto ha aportado de forma extraordinaria unos valores y principios para tratar a las víctimas”

Asun Apesteguía

Asun Apesteguía: Y yo, como miembro del Partido Socialista, discrepo un poco, porque lo que estoy escuchando dentro, internamente, y fuera, a mis compañeros cuando hablan, que todas las víctimas son iguales. Todas. Y eso a UPN o a Navarra Suma les pone... Lo mismo me da a mí que sean víctimas del GAL.

 –Miguel Izu: Ojalá lo que oyes tú a tu alrededor fuera en toda la sociedad.

Asun Apesteguía: Eso es lo que estoy diciendo, claro que no es toda la sociedad. 

Miguel Izu: Mayoritariamente todavía no se ha asumido.

Asun Apesteguía: Por supuesto, pero no hay que meter a todos en el mismo saco. 

Aitor Rodríguez: Víctimas, en el lado de ETA y de la izquierda abertzale, hay de diferentes tipos. No es lo mismo que el GAL, un grupo terrorista matase, que alguien que iba a poner una bomba para matar le explotase. Yo podía salir a la calle para solidarizarme con la familia, que bastante tenía, pero si has ido a matar a alguien yo no me solidarizo contigo. 

“La separación del conflicto político y el conflicto violento era uno de los mantras de Gesto”

Javier Alcalde

Javier Alcalde: Nuestro análisis era el de un presunto asesino que había muerto, lamentábamos la pérdida, denunciando que quería matar.

Miguel Izu: No era una víctima inocente, pero era una víctima también.

Aitor Rodríguez: De su propia violencia, pero no me voy a solidarizar con ella, acompañaré a la familia en el dolor. Si no, parecía que era lo mismo. Eso es lo que se podía leer muchas veces.

Javier Alcalde: Quien quería leerlo así. Yo creo que lo explicábamos bien. Incluso una temporada escribíamos una nota sobre quién era el muerto, las circunstancias, nuestra valoración o el comunicado que habíamos enviado a la prensa, para que la gente supiese por qué estábamos. Más de una vez la gente no sabía qué había pasado. Recuerdo un día en que estuve en la plaza del Ayuntamiento yo solo. ETA mató en Barcelona a un policía en la víspera de elegir Barcelona como sede olímpica. Los medios de comunicación estaban con ese tema. La noticia salió en cuarta o quinta página en todos los periódicos.  

Xabier Ollo: Hasta el asesinato de Miguel Ángel Blanco, por salir todos los lunes por los secuestros, Gesto por la Paz era un referente. Tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, alguien vio que aquello que sacudió a mucha gente se podía utilizar políticamente. Y entonces un movimiento como Gesto por la Paz, que era político, sí, pero apartidista y prepartidista, para quien quería utilizar todo aquello con otros fines políticos, les estorbábamos. Y entonces surgió el nuevo pacifismo. Yo en una charla en Donosti con Joseba Arregui los del nuevo pacifismo le tacharon de todo. Yo estaba que no sabía dónde meterme. Le llamaron connivente con ETA. A Joseba Arregui. O a Atutxa. ¿Cómo podían decir estas cosas? En aquel momento Gesto por la Paz ya estorba porque hay una posibilidad de superarlo con grandes manifestaciones. Me tocó ir a una reunión en Burgos con una persona que nos propuso que ya no teníamos que hacer manifestaciones pequeñas, sino siempre grandes. Y le dijimos evidentemente que no, que nosotros íbamos a seguir con nuestra política de concentraciones, y no grandes manifestaciones donde todo el mundo fuera anónimo y alguien podría utilizarlas. Por eso a Gesto por la Paz se le trató de ocultar, y no únicamente en ese momento, sino con posteridad. Después de acabar ETA, como etapa superada, porque somos incómodos.

Miguel Izu: Porque no hemos sido útiles en cuanto a poder ser instrumentalizados por nadie. A nadie le ha interesado que existiera Gesto por la Paz ni ahora recordarlo.

Aitor Rodríguez: Si lo miras más fríamente, cuando pasó lo de Miguel Ángel Blanco, la gente dio un salto emocional muy potente, de que con ETA había que acabar. Mucha gente pensó que nuestra forma de manifestarse había servido y que en ese momento había que ir a por ellos con otras manifestaciones o formas. Pero creo que Gesto por la Paz siguió aportando la parte de los valores éticos. 

“Gesto contribuyó a que acabara ETA, a sembrar respeto a los derechos humanos para todos”

Miguel Izu

Javier Alcalde: Estaban matando en nuestro nombre. Hablaban en el nombre del pueblo vasco, del pueblo navarro... Teníamos la obligación de salir. 

Xabier Ollo: Todo aquel sistema que había utilizado Gesto por la Paz con las concentraciones silenciosas estaba en una base social, y cuando ocurrió lo de Miguel Ángel Blanco, la sociedad reaccionó básicamente de acuerdo con los principios y la forma de actuar de Gesto, y estaba esperando a que hiciéramos algo. 

Miguel Izu: Gesto por la Paz contribuyó a que acabara ETA, a sembrar esas ideas políticas de respeto a los derechos humanos para todas las personas. Una labor para la que todavía queda muchísimo aquí y en todo el mundo. Todas las sociedades tienen la tendencia a volver para atrás, al puro sectarismo: derechos para los míos, y es injusto si matan a los míos. En un momento en que hay una guerra no muy lejos de aquí, por desgracia todavía hay que estar muy vigilantes. Pero afortunadamente yo creo que aquí fue definitivo, ya veremos si para siempre, decir que no se puede hacer política con violencia. La política se hace hablando en los parlamentos, votando y demás. Esa ha sido una conquista muy importante en este país, que espero que dure muchos años. La violencia es mala siempre, la política hay que hacerla siempre en paz. Esa fue la aportación de Gesto.

Aitor Rodríguez: Yo creo que Gesto ganó por goleada. Aportamos dignidad a una sociedad enferma por completo en los años ochenta. Estaban matando a tus vecinos y no hacías nada. Es increíble si te pones a ponerlo. Y no hacía nadie nada. Ni un oye, qué tal estás, al hijo, al padre o la madre. Gesto fue una vacuna de dignidad. Cuando yo entré éramos cuatro gatos. Y aunque saliera como un anecdotario, era digno. En Navarra y en el País Vasco había gente que mantenía la dignidad de una sociedad, bajo mi punto de vista. Igual es ser un poco pretencioso. Pero, por ejemplo, en Tafalla, cuando unos chavales se fueron con una pancarta y les dio igual dar la cara, eso a la gente le empezó a hacer pensar. Y dio un cauce para poder expresar algo que en el foro interno del 90% de la gente estaba. Y el modo de hacerlo. Ante la violencia se podía haber respondido de muchas formas, y la forma de encauzarlo fue en silencio, respetando los derechos humanos.Un sustrato ético que quedó después.

Asun Apesteguía: Gesto ha aportado de forma extraordinaria a la sociedad unos valores y principios para el tratamiento a las víctimas. Llegados a este momento, me gustaría que Bildu fuese un poquito más valiente, y que de una vez por todas den un paso al frente. La palabra condena siempre les cuesta muchísimo. Y por otro lado, me gustaría que en política no se utilice a las víctimas. Yo no me siento utilizada, pero a mí me duele mucho que se haga política con las víctimas de un bando o de otro. Pido valentía a Bildu, que está democráticamente en las instituciones y es un partido democrático con pleno derecho, para condenar las situaciones todavía anómalas en esta sociedad. Y que ciertos partidos no utilicen a las víctimas, que tienen toda mi consideración y respeto.  

Javier Alcalde: Hemos ganado a ETA. ETA hoy ya no mata. Cuando mataba decíamos: dejado de matar y participad en política, lo que queremos es que vuestras ideas las defendáis de modo pacífico, aunque nos parezcan una aberración o una cosa que no compartimos. Hay que reconocer por parte de los partidos que estuvieron apoyando, financiando, disculpando, justificando, que matar estuvo mal, y reconocerlo de una manera clara, y no lo están haciendo. No se puede homenajear a los asesinos. Aquello fue una injusticia total.

Xabier Ollo: ETA ha dejado de matar pero no por una reflexión ética, sino únicamente táctica. Falta una reflexión ética que les lleve a reconocer el daño causado. Me temo que no se va a producir. De ahí la necesidad imperiosa de recordar las cosas. Y de que el trabajo que hicimos se conozca. Hemos pasado página demasiado rápido. 

  • Xabier Ollo. Pamplona, 1964. Entró en Gesto por la Paz a mediados de los noventa. Destaca el trabajo de reflexión que “enriqueció” a sus miembros. 
  • Aitor Rodríguez. Tafalla, 1972. Comenzó en Gesto a principios de los noventa. Recuerda el clima preponderante en el alumnado de su instituto, favorable a los asesinatos de ETA. Y “la inmensa sorpresa” que supuso que el día que él y otros convocaron una manifestación, “se llenase de chavales como nosotros”. Ese compromiso durante los siguientes años supuso a sus promotores “cambiar la vida radicalmente; pasar de ser uno más, a que de repente te insultaban por la calle e intentaban agredirte”. Con todo, se muestra agradecido tras ese periplo. “Crecimos con Gesto y sus valores, fue una suerte infinita”.
  • Asun Apesteguía. Pamplona, 1951. Vecina de la Txantrea. Su militancia socialista le supuso un calvario de acoso para su vida y la de y su familia, incluida la de su hijo Javier, hoy vicepresidente primero del Gobierno de Navarra, que fue quien le introdujo en Gesto. Apesteguía fue concejala en el Ayuntamiento de Pamplona desde 1983 a 1995, y parlamentaria del 95 al 99.  
  • Javier Alcalde. Madrid, 1959. Entró en Gesto en 1986 en Pamplona. Participaba en un programa de radio para Cáritas titulado ‘Los que no importan’, y cobró conciencia de que “las víctimas del terrorismo estaban totalmente olvidadas”. “La sociedad estaba ausente”. 
  • Miguel Izu. Pamplona, 1960, se define como “afiliado de a pie” en Gesto. Empezó a acudir a comienzos de los noventa,“preocupado por la escasa movilización social con este y con casi cualquier tema. La mayoría de la sociedad suele ser muy pasiva ”. Luego fue concejal en el Ayuntamiento de Pamplona del 95 al 99, cuando ETA comenzó a matar a ediles, entre ellos a Tomás Caballero, en 1998. Cree que Gesto por la Paz “hizo una labor importante y se ayudó a que acabara ETA”.