Edurne Redín (Pamplona, 1983) lleva cerca de una década trabajando en una Red que ahora dirige, que se creó en 1994, agrupa a 34 entidades, y acaba de pasar por el Parlamento para intervenir en un pleno monográfico sobre estrategias para luchar contra la pobreza y la exclusión en Navarra.

¿Qué sensación recogieron del pleno parlamentario monográfico?

–Para la Red era importante al celebrarse en octubre el día internacional contra la pobreza, para poner en el centro del debate y de la agenda política a las personas en situación de exclusión social en Navarra. Es muy positivo que la celebración del pleno tuviera el acuerdo de todos los grupos parlamentarios. Y ver el compromiso de todos en esa lucha. Quizás lo que se apreció mejor fue el desacuerdo en las vías. 

¿Ese consenso en el objetivo general, desactiva su denuncia? 

–No lo creo. Históricamente Navarra siempre ha tenido políticas tendentes a dotar a personas en situación de pobreza de unos recursos para que puedan sobrevivir. Sin embargo, la exclusión social es un fenómeno multicausal y multidimensional. La inexistencia de un rostro único hace complejo estructurar soluciones.

Aunque la Red no tenga identificación política, habrán fijado una posición sobre ese disenso en las vías.

–Quizás lo que más nos preocupa de la derecha es que se continúa con una visión de solución de la exclusión social a través del empleo como una vía prioritaria. Y ahora ni siquiera es garantía de inclusión social. El perfil de gente que trabaja y es pobre debe preocupar a todos los grupos políticos. Tal y como ahora están diseñadas las prestaciones económicas, no caben normalmente estos perfiles. Quizás los postulados de Navarra Suma se están quedando vetustos en ese sentido. Pero es verdad que la derecha también observa la necesidad de inversión en Educación, en Vivienda y en Salud. Para nosotros es muy importante la consciencia de todos los grupos. 

“Navarra es la primera contra la pobreza porque desde los 80 ha invertido, pero nuestra situación es alarmante”

Su portavoz, Jon Etxeberria, dijo que la lucha contra la pobreza debería ser “objetivo prioritario de todas las políticas”, no solo la económica.

–Se cree que el potencial económico es tan grande que la economía va a arrastrar a un bienestar a todas las personas en Navarra, y desde ahí se empiezan las lógicas políticas. Sin embargo, si se ponen en el centro a las personas y sus necesidades, las lógicas serán distintas. A pesar de una mejora de la economía tras la anterior crisis socioeconómica de 2008, eso no ha traído consigo volver a volúmenes de pobreza tan bajos como teníamos antes de esa crisis, y nos hemos mantenido en tasas que aunque han ido decreciendo, no lo hacían al ritmo que mejoraba la economía.

Ilústrelo con algunas cifras.

–La tasa AROPE en Navarra estaba en 2008 en un 8,6. En 2014 estuvo en un 15,3, pasó en los años siguientes a 13,9, 14,5, 13,2, 13, 1. En 2019 se situó en un 12,4, en 2020 con un 12,3 fue el punto más bajo, casi cuatro puntos por encima del dato anterior a la crisis, y en 2021 en un 14,7.

¿Qué enseñanzas sacamos de esto?

–Que no podemos plantear la economía como solución total. Quizás no nos damos cuenta con qué fuerza se muestra la vulnerabilidad; la intensidad con la que afecta caer a una situación de pobreza y de exclusión social. No es que como efecto de una crisis pierda exclusivamente el empleo, es que empiezo a perder todo mi sostén.

El carácter multidimensional que comentaba.

–La exclusión social puede afectar al tema de la vivienda, de la salud, de la formación o educación. En el nuevo mercado laboral cada vez las exigencias son mayores. En la Renta Garantizada, por ejemplo, los perfiles tienen una empleabilidad más baja. Gracias en Navarra a la convicción de que había que ofrecer a las personas una última red, existe una Renta Garantizada que si tienes la mala suerte de tener una situación muy mala y larga en el tiempo, tú también vas a poder acceder, aunque jamás te hubieras imaginado en esa situación. El mercado laboral no solo demanda cada vez mayor capacitación, sino que la vía de acceso también es más compleja, y actúa la brecha digital. Ahora va a ser más frecuente el problema del pago de la luz, el agua o el gas. En Navarra ya teníamos un 5/10/20. El 5% de las personas no podían mantener una temperatura adecuada en sus hogares. El 10% tenía problemas para afrontar la vivienda, y el 20% tenían tal vulnerabilidad que no podían hacer frente a gastos imprevistos como la avería de una lavadora.

Tremendo. Y con todo, con Navarra en cabeza de las comunidades con menores datos de pobreza.

–Es alarmante. Si estamos a pesar de todo en cabeza es porque Navarra históricamente ha invertido desde los años ochenta y han existido ayudas económicas. La Renta Garantizada no es novedosa aquí. A la par, también se invirtió mucho en aquellos años en el desarrollo de servicios sociales, en contraste asimismo con el resto del Estado. Pero que seamos la mejor comunidad no quiere decir que nuestra situación de pobreza no sea alarmante. Estamos casi en los datos de después de la crisis de 2008. Y tenemos la inflación, en un otoño invierno que va a ser muy crudo para la población.

“Estamos casi en datos de después de la crisis de 2008. Y tenemos la inflación, en un otoño invierno muy crudo”

Son 95.500 personas en riesgo de pobreza, 20.000 más el último año.

–Con todo el escudo social mantenido en la pandemia, que sirvió para que los datos no fueran peores. Los ERTEs y los sistemas de prestaciones económicas, como la Renta Garantizada u otras, actuaron de freno. También hay ayudas a vivienda no exclusivamente dirigidas a personas en situación de exclusión, que no son vistas como la Renta Garantizada, que está tan en boca, pero que ayudan a las economías muy frágiles. Pero nos estamos dejando atrás a personas. Hay una cronificación muy fuerte para una parte de la población. Es necesaria una gobernanza distinta de la exclusión social. Se requiere todavía mayor coordinación de los departamentos del Gobierno de Navarra, y de este con el resto de administraciones. Exigimos que cada departamento coja su responsabilidad. Vivienda en cuando a la falta de parque y las facilidades para el mantenimiento de viviendas. O que en Educación se actúe verdaderamente sobre la transmisión intergeneracional de la pobreza. 

¿Y eso no se está haciendo hasta ahora?

–(Se lo piensa). Se empieza a hacer, no se estaba haciendo. Normalmente la responsabilidad siempre recaía en Derechos Sociales. Hay casos que para salir de la situación en la que está su familia tienen que pasar 120 años, tres generaciones, hasta dar el salto a la inclusión social. Navarra tiene el potencial para poder actuar. 

La consejera de Derechos Sociales destacó el incremento de gasto social y reconoció el incremento de las desigualdades. ¿Qué eco han obtenido de la interlocución con este Gobierno?

–En el Parlamento se planteó algo básico para nosotras: que la pobreza no es algo que las personas elijan, sino resultado de algo estructural. Y que desde allí es de donde tienen que venir las soluciones. En lo estructural, para atacar la desigualdad está la fiscalidad. Y esa fue una de las propuestas que lanzó un grupo parlamentario y que no salió adelante. 

¿Habla de EH Bildu?

–EH Bildu propuso modificar la fiscalidad para garantizar un mejor reparto de la riqueza y disminuir esa polarización cada vez mayor que existe en la sociedad navarra. No se aprobó. Por otra parte, la sociedad ha cambiado. Necesitamos cambios en la dinámica de los servicios públicos destinados a la inclusión social. Hay un proyecto que incide en esto, promovido desde el Gobierno de Navarra con los fondos europeos, pero es experimental. Los cambios en la administración son demasiado lentos. El derecho a la inclusión está regulado. Lo que hemos hecho muy bien como comunidad es esa parte de mantenimiento económico. Se han gestionado las prestaciones económicas y además muy bien, óptimamente, pero no hemos desarrollado tanto la parte de intervención. Hay una parte de la sociedad que necesita muchísima intervención, muy intensiva, para poder saltar de ese círculo. A esa cronificación de pobreza cada vez mayor se suman más personas como efecto del solapamiento de las crisis que en los últimos años estamos viviendo.

¿Qué parte de la nueva pobreza es de personas oriundas o migrantes?

–Son ambos perfiles, con empleos más precarizados. Hay sectores que en la pandemia cayeron y por mucho escudo social que existiera no les llegó, no fue su solución. 

“Es necesaria una distinta gobernanza de la exclusión social. Y más coordinación en el Gobierno de Navarra”

En Navarra y en el Estado gobiernan coaliciones en clave progresista. Una idea fuerza ha sido ‘no dejar a nadie atrás’. La eficacia de esa promesa se examinará en las urnas. 

–La eficacia de esas políticas ha llegado a unos perfiles sin una vulnerabilidad tan grande. Los ERTEs han sido muy favorecedores para una clase media con un empleo estable, y han permitido que esas personas no perdieran capacidad económica. Eso ha sido muy importante. Si no, los datos actuales serían muchísimo peores. Plantear en la pandemia que no podíamos dar las mismas soluciones que no funcionaron en la anterior crisis fue un punto muy distinto. Pero esos escudos generales no llegan tan fácil a personas con empleos muy precarios. Por ejemplo, colectivos que jamás hemos logrado incorporar e incluir en nuestra sociedad como el de las personas gitanas, cuyo medio de vida en muchos casos son los mercadillos, que se fueron al garete. La renta garantizada sirvió para mantener a esas personas, pero el miedo ahora es que nos enfrentamos a una nueva incertidumbre con un alza de los precios y con una Renta Garantizada que desde la Red siempre hemos dicho que cuantitativamente, especialmente en el caso de personas solas, es bastante escasa. Con seiscientos y pico euros al mes es muy difícil salir adelante. Ya lo era antes, y ahora muchísimo más. 

¿Es consciente la Red de su capacidad de incidencia política cuando se acercan elecciones? 

–Estamos tratando de poner estos temas en la agenda política. El empleo ya no tiene el potencial de antes, y la Administración debe ser consciente de eso. Un empleo ya no garantiza no estar en una situación empobrecida. La vivienda es un problemón al que Navarra se debe enfrentar, y no vemos, más allá de las ayudas económicas, que se esté abordando la inexistencia de un parque público suficiente para dar respuesta, en especial a las personas que más dificultades tienen para acceder. En la rehabilitación fallamos en la letra pequeña. Hay personas que no pueden acceder a esas ayudas pese a que su vivienda sea la que más lo necesite, porque no pueden adelantar ese dinero, exigencia de la Administración.

“A la cronificación de la pobreza se suman más personas como efecto del solapamiento de las crisis”

Su portavoz dijo en el Parlamento que “no puede haber una sociedad democrática con pobreza” ni una “buena economía”.

–Una sociedad democrática socialmente está cohesionada. Permite que todas las personas vivan dignamente, y participen activamente, con sus derechos reconocidos. Todo esto a 95.500 personas no se lo estamos permitiendo. Y permite además todas sean respetadas. Si no, rompemos la cohesión social, la democracia, porque entre otras razones, no queremos distribuir. 

Todavía es necesario explicar las bondades de la Renta Garantizada sobre colectivos más débiles.

–No somos conscientes de las prestaciones económicas que muchas personas obtenemos en Navarra, por ejemplo, las VPOs, donde la inversión que ha hecho nuestro Gobierno ha sido muy grande. Por otro lado, creo que sacamos poco pecho de las prestaciones para las personas que peores economías tienen, que realmente lo están pasando muy mal y que podemos mantener entre todos. El día de mañana podemos llegar a necesitar esa Renta Garantizada. Una parte de la población cae en demonizar esa Renta, cuando quizás en un futuro no tan lejano les pueda solucionar su propia vida y dar una respuesta. Las ayudas son para todas las personas que cumplen una serie de requisitos y el cumplirlos no es tan fácil. La Renta Garantizada exige probar como mínimo que lleves dos años en Navarra y probarlo para una persona migrante es muy complicado, porque el acceso a empadronamiento a personas migrantes no es absolutamente sencillo. Lo que estamos haciendo es que esas personas no lo pasen tan mal.

Con lo cual, la Renta Garantizada no llega a algunos colectivos.

–Está dejando fuera y no dando respuesta a personas que la necesitan y están en los márgenes. La Administración desconoce que existen. Están en tan mala situación que no tienen ni empadronamiento ni tarjeta sanitaria, no tienen derecho a casi nada.