En tiempos de incertidumbre y amenazas, unidad política. Unidad en torno al Gobierno de Navarra, que pese a las dificultades ha logrado mejorar los principales indicadores sociales y económicos, y que afronta el futuro con la convicción de que Navarra es una comunidad “sólida y robusta” que podrá encarar los retos con éxito.

Ha sido hora y media de discurso de María Chivite en el Debate sobre el Estado de la Comunidad. Pero resumido en un mensaje de optimismo y confianza en el futuro ahora que asoman nubarrones en el horizonte. Lo que corresponde a un Gobierno que encara el tramo final de la legislatura con el trabajo legislativo hecho, los presupuestos acordados y la reforma fiscal encarrilada. Y cuya presidenta mira sin disimulo ya a una campaña electoral en la que aspira a revalidar el mandato, con su partido, el PSN, al frente de una mayoría parlamentaria que se ha demostrado leal y solvente.

No ha dejado sorpresas María Chivite, excesivamente triunfalista por momentos, con mucho balance y pocas propuestas. Ha buscado la centralidad política con apelaciones al consenso, la estabilidad y la moderación, y ha desgranado uno por uno el trabajo realizado por cada uno de los departamentos sin apenas autocrítica. Esa es una labor que queda para la oposición de Navarra Suma, y posiblemente también para sus socios parlamentarios, cuya lectura de la legislatura dista mucho de ser tan complaciente como la que ha expuesto hoy la presidenta.

La presidenta Chivite, durante su discurso en el Debate sobre el estado de la Comunidad, con Esparza al fondo. Javier Bergasa

Ha presumido así de “calidad de vida, de récord de afiliación a la seguridad social y de alto grado de cumplimiento del acuerdo de legislatura”. De que este es un Gobierno que “cumple, actúa, y lidera” y que lo hace “desde una mirada de progreso”. Desde "unas claras prioridades sociales" y "desde un compromiso con el crecimiento justo y la prosperidad compartida”.

Y, por aquello de no sonar demasiado grandilocuente, que “vive en la realidad” y “no cae en la trampa de la soberbia ni la autocomplacencia”. “Porque por supuesto hay espacios de mejora y desde luego hay mucho por hacer”, admite la presidenta, que por si acaso tampoco ha querido entrar mucho en los debes que deja una legislatura monopolizada por la pandemia al principio y condicionada por la guerra de Ucrania en su fase final.

Unidad en lo esencial, libertad en lo accidental

Chivite ha dibujado así una Navarra positiva, que avanza y que mejora gracias a un Gobierno que pese a estar en minoría ha sabido sumar “consensos” en favor de la gobernabilidad. “Esta es la foto de la estabilidad y de la centralidad”, ha presumido Chivite, que atribuye a su Gobierno una estabilidad que no siempre ha sido habitual en Navarra. “Un Gobierno con propuestas razonables, sensatas, de mayoría social, y que además dialoga y escucha precisamente para lograr que tengan amplio apoyo”, ha argumentado.

El mensaje tenía un destinatario claro. Sin menciones a la mayoría parlamentaria, que más allá de algunas críticas siempre ha actuado cohesionada, Chivite ha apuntado a Navarra Suma, a quien ha advertido de que su deriva populista corre el riesgo de azuzar movimientos de extrema derecha, como ya ocurre en Italia o en Castilla y León. “No pido a Navarra Suma que cambie de rumbo político, pero le pido que vuelva a la institucionalidad que tuvo en otros momentos”, ha reclamado.

La presidenta sabe que eso no va a ocurrir. La confrontación y la polarización política es precisamente la principal arma electoral de su rival político. Por eso ha querido subrayar la mano tendida de su Gobierno frente a una derecha que solo busca rédito electoral, y que ha vuelto a quedar sola en un debate en el que EH Bildu ha sido el único argumento de Javier Esparza.

Porque ese era el mensaje de hoy. Enfatizar las fortalezas de Navarra, de la que Chivite está “orgullosa”. “A pesar de las amenazas económicas nuestros fundamentos son sólidos”, argumenta la presidenta, que reclama y reivindica la “unidad”. “Unidad en nuestras certezas como comunidad, unidad en lo esencial”.

Navarra va bien, el Gobierno es sólido y el futuro, pese a las incertidumbres, ofrece oportunidades. Una apelación constante al optimismo frente a los “predicadores del apocalipsis” y sus profecías incumplidas. Y que mira ya al futuro con la convicción de que la apuesta funciona y que seguirá funcionando. El PSN ha encontrado su camino y Chivite se siente muy cómoda en él. "Nos quedan muchos kilómetros por transitar", ha concluido.

El debate llena la tribuna del Parlamento

Nadie se ha querido perder el último debate del estado de la Comunidad de la legislatura, al que han acudido representantes políticos nacionales y de distintas localidades de Navarra, mientras en la puerta del Parlamento se han repetido concentraciones reivindicativas habituales en los últimos meses.

Pasadas las nueve de la mañana la presidenta, arropada por miembros de su Ejecutivo, ha llegado caminando al Parlamento de Navarra, frente al que, un jueves más, se habían concentrado los policías forales para exigir el cumplimiento de la Ley de Policías, unos agentes que le han recibido al grito de "presidenta dimisión".

Ese mismo espacio ha sido ocupado dos horas después por la Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria que ha exigido unos ingresos dignos, dentro de la dinámica de movilizaciones que está llevando a cabo con el lema "Stop al empobrecimiento. ¡Condiciones de vida dignas y control de precios ya!".

Mientras en el interior de la Cámara navarra los corrillos habituales previos al inicio de las sesiones plenarias se han visto ampliados con la llegada de invitados de las diferentes formaciones políticas que han asistido al debate desde la tribuna.

Ya durante el pleno, la presidenta ha hecho un discurso de cerca de dos horas. Los parlamentarios han seguido las palabras de Chivite con desigual atención.

¿Qué hacían los parlamentarios antes de que existieran las pantallas? Durante las dos horas de discurso de la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, solo 7 de los 50 parlamentarios no tenía un ordenador portátil encima de la mesa. Javier Esparza, María Jesús Valdemoros, Jorge Esparza, Uxue Barkos, Bakartxo Ruiz, Adolfo Araiz y Mikel Buil han sido los únicos que han tomado apuntes en papel durante el discurso.

Durante los turnos de réplica, Chivite ha recibido críticas de todos los grupos excepto del suyo, del PSN, y en todas ellas no ha realizado ni una mueca, se ha mantenido con la misma expresión, atenta y tomando apuntes.

El debate ha estado marcado por los reproches cruzados entre los grupos que sustentan al Gobierno y Navarra Suma. EH Bildu también ha cargado contra la coalición liderada por Javier Esparza, quien ha centrado sus criticas en los pactos del Ejecutivo con la formación abertzale.

El debate ha sido seguido desde la tribuna de invitados por, entre otros, el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti; los diputados Santos Cerdán (PSN) y Bel Pozueta (EH Bildu), los senadores Alberto Catalán (UPN), Toni Magdaleno (PSN), Koldo Martínez (Geroa Bai), la europarlamentaria Adriana Maldonado (PSN), y cargos municipales como Enrique Maya, alcalde de Pamplona, o Alejandro Toquero, alcalde de Tudela. Begoña Alfaro, coordinadora de Podemos -Ahal Dugu Navarra y Carlos Guzmán, coordinador de Izquierda Unida, también han estado presentes.

Tribuna de invitados del Parlamento. Javier Bergasa

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Una grada que ha reaccionado a las palabras de los representantes durante discursos como el del portavoz socialista Ramón Alzórriz, con Toquero negando afirmaciones.