Sus detractores políticos le podrán hacer mil reproches. Pero reconocerán que Carlos Pérez-Nievas López de Goicoechea (Tudela, 5 de octubre de 1966) habla claro. No rehúye ninguna pregunta y asegura que dice en público solo aquello que previamente ya ha hablado en privado.

Desde hace cinco meses está metido hasta las trancas en la refundación de su partido, Ciudadanos, donde tiene un puesto importante en la lista que todos dan por ganadora la semana que viene.

Pero también es coportavoz –al menos lo ha sido hasta ahora– de Navarra Suma, coalición que solo se mantiene viva sobre los papeles legales de las instituciones donde tiene presencia. En plena guerra UPN-PP, se muestra crítico con Javier Esparza y con el socio mayoritario de la coalición, UPN, al que le da entre 13 y 15 escaños en las próximas elecciones. Vaticina malos tiempos para la derecha en Navarra.

La semana que viene se celebra la refundación de Ciudadanos. ¿Hay partido? 

–Hay gente dispuesta a defender las ideas de Ciudadanos, y también a votarnos. Hay un espacio claro para los liberales, como en otras partes de Europa.

El partido se ha quedado fuera de asambleas importantes, ¿son razones para pensar que ya no existe ese espacio?

–No, eso lo único que dice es que el espacio no lo tenemos consolidado. Tanto en Madrid como en Andalucía todo el rédito del cambio se lo ha llevado el presidente, y nosotros no hemos sido capaces de retener nada. Ahora vamos a intentar ponerle remedio.

¿Por qué se ha vaciado Ciudadanos?

–La gente no está en el día a día, en los matices, y los presidentes se suelen llevar la gloria. Pasa siempre. Le va a pasar a Chivite y ha pasado antes, en otras coaliciones. Somos un partido sin consolidar a nivel estatal y tenemos que ser una oferta para quienes no quieran votar ni a Sánchez ni a Feijóo.

¿Es la de Ciudadanos una historia de bandazos? 

–Yo creo que no hemos dado bandazos. Se nos exige que seamos capaces de pactar a un lado y a otro, y cuando lo hacemos se nos critica. Ahora, con la reformación, no vamos a plantear pactos previos y en cada localidad vamos a esperar a ver qué dicen las urnas, con ciertos límites.

Hubo un momento, hace no tanto, en el que PSOE y Ciudadanos sumaron 180 escaños.

–Bueno, el PSOE decía con Rivera no y nosotros decíamos con Sánchez no. Yo lo que creo es que tendríamos que haber hecho una oferta contundente desde el principio donde dejáramos las líneas rojas claras. Eso no se escenificó hasta el final, cuando ya estaba todo perdido.

¿Era imposible el acercamiento?

–Nosotros tendríamos que haberlo puesto más difícil. La sociedad tendría que haber tenido claro que el que no quería hacer gobierno era Sánchez, no nosotros.

Pero Rivera fue muy lejos en las declaraciones.

–La sociedad es capaz de entender que tú cambies de opinión cuando vienen soluciones objetivamente peores.

¿El castigo de las urnas sirvió para repensar la estrategia?

–Bueno, puedes hacer las cosas bien, como en Andalucía, y que tampoco te voten. Tendríamos que haber salido a la palestra en el minuto uno a proponer un gobierno, con una serie de condiciones. Una de ellas, por ejemplo, el Gobierno de Navarra.

¿La refundación busca dar más estabilidad? 

–Hemos sido un partido raro. Nacimos muy fuerte y en España el primer gran reto fue nada más y nada menos que aspirar a presidir, que era lo que nos decían las encuestas. Si eso no lo consigues, te das cuenta de que no tienes cimientos. Ahora, en este proceso, la afiliación nos ha dicho que no hemos hecho caso ni a los municipios ni a los afiliados. Somos un partido débil que no está amarrado desde abajo. Y este proceso interno nos llevará a una travesía por el desierto, somos conscientes.

¿Cuál será el primer matchball?

–Nuestro objetivo prioritario es la cita de mayo, la de las elecciones autonómicas, no las generales.

Usted figura como coordinador en la lista con más opciones. 

–Es la que emana del proceso de refundación y está encabezada por el eurodiputado Adrián Vázquez.

¿Es la lista de Inés Arrimadas?

–Esta es la lista de la refundación, no la de Arrimadas. Ella está, pero como están otros treinta. Arrimadas ha hecho un ejercicio de apartarse. Lo que pasa es que su capacidad garantiza su exposición mediática. Hemos intentado alcanzar una lista conjunta, pero Edmundo Bal quiere llevar el partido a otra posición, aunque no sea lo que quieren los afiliados.

¿Qué tiene que tener el partido, sí o sí? 

–Una base municipal. Territorio. Tenemos fuerza, más de 3.000 cargos públicos, pero no les hemos hecho caso. Tenemos que volver a empezar, y crear una estructura fuerte.

Pero eso también lo defenderá Edmundo Bal. 

–Creemos que este partido tiene que abandonar el presidencialismo. La diferencia con Bal es que nosotros creemos que el trabajo de la refundación sirve para algo. Bal cree que es él el que tiene que dirigir el partido. Es su opinión.

¿Qué ha hecho como responsable de Organización?

–Había que hablar mucho con los territorios. He estado con una plataforma llamada Somos Ciudadanos, que criticaban al partido a mi modo de ver de forma exagerada. Hemos hecho un trabajo de bajar la presión con ese sector. Los territorios criticaban que no había una estructura que les atendiera. No tenemos cultura de partido.

¿El partido va a cambiar de nombre?

–No ha sido una prioridad de la afiliación, la gente está cómoda.

Ha hablado del mundo municipal, donde Navarra Suma fue muy importante. Ahora esa coalición se rompe. 

–Soy un convencido de Navarra Suma. Tengo la sensación de que el votante estaba cómodo con nosotros. Éramos una opción de voto fácil que iba a crecer en estas elecciones, estoy convencido.

¿Temía que esto pudiera ocurrir? 

–Lo veíamos desde hace tiempo, desde el congreso de UPN de 2020, donde por cierto el primero que desliza la idea de recuperar la sigla de UPN es Sayas. No me ha sorprendido nada, me parece un error y las formas han sido poco adecuadas. Me niego a pensar que UPN, PP y Cs por separado van a tener más escaños que Navarra Suma. UPN tendrá sus siglas, ¿pero le interesa plantearse un escenario en el que baje por primera vez de 15 parlamentarios y roce lo que tiene ahora el PSN?

Dice que usted es un convencido de Navarra Suma

–Siempre me ha parecido que Navarra Suma era una forma de regenerar UPN, que por razones obvias, como la antigüedad de la sigla, está perdiendo pujanza. Y ahora lo veremos. La afiliación de UPN quiere recuperar las siglas, pero el mundo de la afiliación y del votante son mundos prácticamente paralelos. Interpretarlo todo en clave interna es un error absoluto.

¿Se perderá presencia municipal?

–El PSN es inexistente en los ayuntamientos más allá de la Ribera. Con la ruptura de Navarra Suma está en riesgo el Ayuntamiento de Pamplona, Egüés, Burlada, Barañáin… también va a ser un riesgo ser la primera lista en Tafalla y en Estella. Y ahí la alternativa es EH Bildu.

Habla de error, directamente. 

–Hacer de la presidencia del Gobierno un fin exclusivamente personal y olvidarte de todas las políticas municipales es un error. Y Navarra Suma canalizaba todo el voto de centro derecha en una fórmula amigable de votar.

Esparza dice que tiene encuestas y que le dicen que sube escaños.

–Yo no he visto esa encuesta y en cualquier caso dudo mucho que vaya a sacar más que Navarra Suma. El PP y Cs pueden tener una simpatía de voto, pero llegar al 5% en los ayuntamientos que he nombrado va a ser difícil. En 2015 el PP ya se quedó fuera de Pamplona. Y una vez que dispersas el voto e instalas la sensación de que ya no es tan útil, pues igual te da por votar otras siglas, y pienso claramente en Vox. Con Navarra Suma es imposible que entre Vox en las instituciones; sin la coalición, es una opción.

¿Percibe un cambio en Esparza? 

–UPN ha convertido recuperar la presidencia en una obsesión, pero es tirar una moneda al aire. Nadie de la ejecutiva nacional del PSOE se ha opuesto a Sánchez. ¿Ahora el PSOE va a cambiar de opinión con respecto a Navarra?

Era la baza de Esparza

–¿Merece la pena alcanzar la presidencia estando tutelado por alguien como Sánchez? Tu control va a ser mínimo. Sí, tú serás presidente de Navarra. Pero es que esto no debe ser un fin para una persona, tiene que ser un medio para cambiar la sociedad. Vale, eres presidente. ¿Y al día siguiente? ¿Qué vas a estar, tutelado por Sánchez?

¿Cuál era su alternativa? 

–Preséntate como Navarra Suma, saca dos o tres escaños más que ahora y propón una opción de Gobierno. No es lo mismo gobernar con 23 que gobernar con 13. Pero es que de esa cifra no va a salir UPN, ¿eh? Si UPN cree que va a tener 25 diputados, está equivocado. Su reto es llegar a 15. Esparza no lo ha visto o no lo ve, y ese planteamiento de ruptura es un error.

¿No cree que separados van a sumar más? 

–No, no lo veo de ninguna manera. No es posible. Esa encuesta, que la hagan pública. Mi lógica política me dice que dispersará voto. Esparza dice que el votante socialista irá a UPN, pero yo creo lo contrario: que un socialista le vote a UPN, en algunos sitios, es más difícil que que lo haga a Navarra Suma. En 2007, el 100% de los cargos públicos socialistas estaba a favor de gobernar con Nafarroa Bai. ¿Eso ha cambiado ahora? No. ¿Se ha dado de baja algún concejal socialista? No. Antes van a la abstención que votar a UPN.

Parece convencido. 

–Hay otra cuestión. En 2011, la candidata de UPN era Barcina, que era una política que gustaba al potencial votante del PP. Esparza no es Barcina para la sociología de derechas, y el PP puede tener ahora 5 o 6 escaños.

¿Le ha comentado todo esto a Esparza?

–Muchas veces.

¿Y qué le dice? 

–Él dice que es mi opinión, pero que lo suyo son datos objetivos. Ojo: puedes tener 13 escaños y ser presidente y puedes tener 23 y no serlo. Es que dependes de Sánchez. De acuerdo que es la última oportunidad de Esparza, pero me parece un disparate. No puedes pensar solo en ser presidente.

¿Ciudadanos se va a presentar a las forales? 

–Sin ninguna duda.

¿Va a ser el candidato? 

–Me presenté a las primarias en 2019 y mi idea es hacerlo ahora. Habrá que hacer un proceso de deliberación. Pero lista al Parlamento tenemos que tener, también en Pamplona y en Tudela.

Se hicieron hasta chistes con su fichaje por UPN. 

–Me hace gracia porque hay mucha gente, también algún articulista de su periódico, Jorge Nagore, piensa que llevo toda la vida en la política. Pero como político profesional he estado dos años de consejero y cuatro de parlamentario. Y tengo 56 años. Aparte de Ciudadanos, solo he militado en un partido, CDN, que se disolvió. Vamos, que no soy ningún tránsfuga.

¿Se va a enfriar la relación en Navarra Suma de aquí a las elecciones? Acaba de haber un encontronazo gordo entre PP y Esparza.

–Estos procesos generan cierto distanciamiento personal, pero tenemos muchos años y la relación personal en Navarra Suma es buena. Acabaremos la legislatura todos juntos, aunque se produzca alguna situación incómoda.

¿Le han pedido que no se presenten? 

–No. Solo faltaba.

¿Qué ocurrirá si en mayo Ciudadanos repite lo que ha pasado en Madrid y Andalucía? 

–Seguiremos teniendo 9 diputados en el Congreso, 6 en Cataluña, un procurador en Castilla y León… todavía vamos a tener más de un millar de representantes públicos. Las autonómicas serán nuestro suelo, pero no el final. A partir de ahí solo tendremos futuro