La reforma de la ley de Seguridad Ciudadana, bautizada como ley mordaza, ha logrado finalmente este miércoles superar la fase de ponencia y, por tanto, el dictamen se debatirá en comisión de Interior, a la que llegará sin que el Gobierno y sus socios de investidura consigan un acuerdo sobre los cuatro escollos clave de su articulado.

Tras apenas una hora de sesión, tanto los seis grupos favorables a la modificación de la norma -PSOE, Unidas Podemos, ERC, Junts, PNV y EH Bildu- como PP, Ciudadanos y VOX han decidido votar qué pasos seguir, si mantenerse en ponencia o que la reforma dé otro paso más en su camino antes de poder llegar al pleno del Congreso.

Ha sido ERC quien ha permitido que esto suceda y que el informe no se quede en el aire, de forma que PSOE, Unidas Podemos, PNV y ERC han sumado 19 respaldos para llevar el informe a comisión frente a los 17 votos y por razones distintas de PP, Vox , Ciudadanos, Junts y EH Bildu.

Con todo, el informe que sale de ponencia tras cinco años de negociaciones y medio centenar de reuniones formales e informales no incorpora ningún acuerdo sobre los cuatro artículos bloqueados: material antidisturbios, faltas de respeto a la autoridad, la desobediencia y resistencia y devoluciones en caliente.

El portavoz socialista David Serrada ha avanzado que han presentado este mismo miércoles dos enmiendas pactadas con PNV y Unidas Podemos respecto a los tres primeros escollos que han sido rechazadas, por lo que ha lamentado que los socios de investidura no hayan permitido salvar definitivamente las diferencias.