El vicepresidente primero Javier Remírez (Pamplona, 1975) nos recibe en su despacho del Palacio de Navarra 43 meses después de concedernos la primera entrevista recién llegado al cargo. Cree que el Ejecutivo de coalición ha trabajado “razonablemente bien” en tiempos muy complicados. Destaca la “estabilidad política” y los acuerdos conseguidos, apuesta por una reedición de esta fórmula, y califica de “estructural” la relación con EH Bildu. 

El Gobierno, pese a su minoría, ha conseguido sacar adelante todos sus Presupuestos. Supongo que en verano de 2019 lo hubiera firmado. 

–Así es. Cuando entramos queríamos dar un horizonte de estabilidad política. Veníamos de una situación precedente en esa línea. La mano se tendió a todos, pero ha sido Bildu la que la ha ido recogiendo todos los años.

Al estrenarse en el cargo parecía no tenerlas todas consigo.  

–Teníamos que ir con cierta modestia, en esa situación de minoría, ante los dos grupos de oposición. La deriva de la legislatura, por la pandemia, por todo lo que supone la reconstrucción económica y social, y por afrontar las consecuencias en precios por la guerra en Ucrania, ha hecho todavía más necesario contar con herramientas presupuestarias cada año, para encarar con solidez los retos que hemos tenido en cada momento. 

“La apuesta de 2019 ha salido bien. Somos capaces de dialogar de ceder y de acordar. Me reafirmo, esto es algo estructural”

¿Qué ha sido lo mejor de estos 4 años, política y personalmente?

–Que a pesar de esas situaciones críticas, hemos sabido afrontarlas, desde el acuerdo programático y la fórmula de Gobierno, y desde una relación estructural con EH Bildu, donde se ha marcado muy claro las prioridades políticas y sociales. Lo fundamental ha sido la estabilidad política, desde nuestra visión progresista, englobando el acuerdo programático y el bloque presupuestario. En lo personal ha sido muy intenso pero gratificante. Y he descubierto a grandísimos profesionales en la Administración.

Lo peor...

–Lógicamente, la pandemia. Teníamos que gestionar un escenario en el cual había personas que estaban falleciendo y no se podían despedir de sus familiares. Ha sido una tragedia para el conjunto de la humanidad, y para mí fue muy intenso. 

“A los hechos me remito, creo que ya nadie duda de que esta fórmula de Gobierno va a tener futuro en la siguiente legislatura”

“Esta apuesta tiene que salir bien, y si sale bien va a marcar la política en Navarra por mucho tiempo”, dijo en agosto de 2019. ¿Ha salido bien?

–Sí. Esos 4 Presupuestos nos han permitido avanzar. Todas las iniciativas legislativas del Gobierno, o que han apoyado los grupos del Gobierno, han salido en el Parlamento. Con lo cual, se deriva una apuesta estructural por el diálogo. Por parte de las formaciones del Gobierno, del acuerdo programático y del bloque presupuestario. Somos capaces de dialogar de ceder y de acordar. Me reafirmo, esto es una apuesta estructural. A los hechos me remito, creo que ya nadie duda de que esta fórmula de Gobierno va a tener futuro en la siguiente legislatura. 

¿No hay plan B?

–No, porque realmente creemos que somos el Gobierno que refleja la pluralidad social de la Comunidad Foral; que hemos sido capaces de entender esa pluralidad, de centrarnos en las coincidencias y de caminar a futuro. No creo que hay plan B porque el plan A es la realidad social, política e identitaria plural de la Comunidad Foral. 

¿Y si Geroa Bai les pasase en votos?

–Bueno, veremos lo que dicen las urnas, pero creo que el reflejo de la estructura de este Gobierno, el bloque de políticas de progreso, de convivencia y de gestión de pluralidad, van a avanzar lidere quien lo lidere. Aunque yo creo que lo va a liderar la presidenta Chivite.

“La sensibilidad mayoritaria en Navarra es claramente progresista. Por tanto, no tendría sentido ir hacia una involución conservadora”

¿Descarta por lo tanto cualquier posibilidad de entente con UPN ahora que se ha roto Navarra Suma?

–Ahora mismo yo creo que eso no está en el horizonte. Las encuestas hay que tomarlas con cautela, pero marcan unas tendencias. Y claramente la sensibilidad mayoritaria es progresista. Por tanto, no tendría sentido ir hacia una involución conservadora, y en esa línea pienso que estamos trabajando todos los partidos políticos que conformamos el Gobierno de Navarra. 

Una cosa puede ser la estrategia o convicción del PSN, pero la última palabra la tiene Ferraz. 

–Bueno, no lo creo.

La historia lo acredita.

–Hablo como miembro del Partido Socialista, que es federal, conformado por federaciones con un altísimo grado de autonomía, y donde las decisiones son compartidas. Y ahora hay una alineación completa entre la visión política de futuro de país, y por tanto también de Navarra, de la dirección federal y de la dirección del PSN. 

“Ahora hay una alineación completa entre la visión de país, y por tanto también de Navarra, de la dirección federal del PSOE y la del PSN”

Usted no está en las listas al Parlamento, como no lo estuvo en 2019. Sorprende hasta cierto punto. 

–Ningún consejero perteneciente al Partido Socialista o nombrado por el PSN forma parte de la lista. Eso obedece a que ha habido un grupo parlamentario que ha hecho un magnífico trabajo, que está cohesionado y que va a seguir trabajando muy bien en el futuro. Es una dinámica que parte de la secretaria general, de la Comisión Ejecutiva Regional, de la que formo parte y la comparto plenamente.

Pero tiene ganas de seguir. 

–Primero hay que ser prudente, porque los navarros y navarras tienen que hablar en las elecciones y luego se tiene que conformar un Gobierno. A partir de ahí, para mí la política es una vocación, no la considero una profesión, y estaré a disposición de la presidenta del Gobierno, que confío, estoy seguro, que va a ser María Chivite.

“Creo que la estructura de este Gobierno, las políticas de progreso, convivencia y pluralidad, van a avanzar lidere quien lo lidere”

¿Se autodescartaría para cualquier hipótesis sucesoria?

–De verdad, con total honestidad, yo tengo colmadas plenamente todas mis aspiraciones políticas. Si a mí me hubiesen dicho de crío que iba a poder estar en esta posición, tener el honor de ejercer esta responsabilidad, y de colaborar un poquito en el desarrollo de mi tierra, de la convivencia y el progreso, no lo hubiese creído. 

¿Qué relación tiene con la presidenta tras estos 4 años?

–Con María viene de décadas atrás. Tiene un estilo de liderazgo inclusivo, influyente. Nos insiste mucho en tratar de buscar acuerdos, de ceder pero para acordar, y de entender la pluralidad. La relación es plenamente satisfactoria, de muchísima confianza y lealtad, creo que fructífera.

¿Cómo supo de su cese de portavoz?

–La verdad es que veníamos hablando de esa cuestión hace un tiempo. Hay dos fases muy determinadas en esta legislatura. La de la pandemia y la de la pospandemia. En la primera tuve como portavoz muchísima proyección pública, y en esa labor de vez en cuando es bueno un relevo.

Tras 4 años, completando un ciclo.

–No, no. Después del verano vimos que afrontábamos un horizonte donde la política económica de la recuperación, la lucha contra la inflación y la gestión de los fondos europeos iba a tener especial protagonismo, y qué mejor persona para protagonizar la labor de portavocía que la consejera de Economía y Hacienda, con una trayectoria más que notable al gestionar y negociar los Presupuestos. 

Que se presenta como candidata a alcaldesa de Pamplona. Es inevitable deducir un cálculo político. 

–Puedo entender que pueda haber esa reflexión, pero es lo que hablamos en el Gobierno con la presidenta.

Por lo tanto no le escoció.

–No, no, no, para nada. En absoluto. Es una dinámica normal en la portavocía de un Gobierno, como el de España, u otros autonómicos. 

“De verdad, con total honestidad, yo tengo colmadas plenamente todas mis aspiraciones políticas”

Hay quien piensa que por estilo y talante, usted era más integrador y cercano con los medios.

–Pueden ser estilos diferentes. Las veces que he coincidido con mi compañera Elma Saiz, en la sala de Gobierno, he visto a una portavoz muy competente y honesta, y clara. Creo que su labor es más que positiva.

Usted y el vicepresidente Aierdi, él de Geroa Bai, han hecho de amortiguadores de las tiranteces. ¿Cómo ha funcionado esa relación?

–Mi relación con Jose Mari, con el vicepresidente segundo, ha sido excepcional, honesta y sincera. Ha habido en la inmensa mayoría coincidencias, como se evidencia, y cuando ha habido discrepancias hemos tratado de gestionarlas de manera adecuada buscando los puntos de encuentro. El conflicto es normal en un Gobierno de coalición como es normal en la sociedad, porque este Gobierno refleja la pluralidad social.

Eso obliga a poner sordinas. 

–Bueno, sí, también hacemos una labor de escucha mutua. La regla ha sido el acuerdo y el consenso. 

“Tráfico forma parte del núcleo originario del autogobierno de la Comunidad Foral; ha sido un buen acuerdo”

Esta semana ha cristalizado por fin la transferencia de Tráfico. Culminada en un momento preelectoral. ¿Cuál es su valoración?

–Muy positiva. Como dijo la presidenta Chivite, esta transferencia no es una cualquiera. Aunque en esta legislatura es la tercera competencia que se consigue, no es equiparable en términos históricos ni de autogobierno a las dos previas, Sanidad Penitenciaria e Ingreso Mínimo Vital, porque la de Tráfico forma parte del núcleo originario del autogobierno de la Comunidad Foral. Todos los Gobiernos de Navarra desde 1982 reclamaron el ejercicio de esta competencia en exclusiva, sin menospreciar la labor que hasta ahora sigue haciendo la Guardia Civil de Tráfico, magnífica. Realmente creemos que podemos ser mucho más eficientes en la gestión. En cuanto al tiempo transcurrido en esta legislatura, hace 24 meses recibimos la primera propuesta técnica del Estado, tiempo muy equiparable a otras transferencias hechas. 

Su predecesora, María José Beaumont recordaba que esto estaba apalabrado en 2018 y echaba en falta voluntad política. 

–Existía desde el 18, cuando la presidenta Barkos y el presidente Sánchez se reunieron y acordaron dar pasos en esta línea. Pero las dos elecciones Generales generaron provisionalidad hasta enero de 2020. Voluntad política había, pero el trabajo técnico estaba todo por desarrollar y concretar. Y ha sido un buen acuerdo. 

Félix Bariáin, reelegido presidente de la UAGN, denuncia que la despoblación afecta a la limpieza de montes y al riesgo de incendios.

–Lo que señala Félix, que coincido con él, no deja de ser una consecuencia del cambio climático, que está cambiando nuestra realidad, y eso nos tiene que hacer afrontar riesgos que hasta ahora o no existían o eran bastante más atenuados. Tanto en materia de incendios como de inundaciones ha habido un avance sustancial en esta legislatura. Eso nos va a permitir estar mejor preparados ante una realidad que desde luego desgraciadamente va a ser algo recurrente en los próximos años.

“La relación que hemos tenido con Bildu ha podido servir en el Estado”

Javier Remírez reconoce que “ ha fluido bien la relación entre EH Bildu y el Gobierno” en esta legislatura. “Sabíamos dónde teníamos posibilidades de acuerdo y dónde no”. “Hemos tenido muy claras las líneas rojas de las formaciones, del Gobierno de Navarra y EH Bildu”, afirma.

EH Bildu es un socio del Gobierno de coalición español. ¿Eso ha asfaltado sinergias y confianzas?

–No me atrevo a decir si ha habido una influencia directa, pero creo que sí ha podido servir esta experiencia que hemos ido anticipando en Navarra para que esa relación se trabajase también en el ámbito del Estado. EH Bildu sabe qué puede acordar y qué no con el Gobierno de España, y en esa línea creo que ha habido una relación fructífera, no solo con EH Bildu, sino también con el resto de grupos en el Congreso del bloque de investidura o del presupuestario.

Tras el 28-M si el escenario es similar. ¿Cree que Bildu va a facilitar la gobernabilidad sin apoyo a cambio para la alcaldía de Pamplona?

–Sería anticiparse demasiado. Me remito a lo que han dicho los propios portavoces de EH Bildu. Coincido en que ahora es el momento de exponer nuestros programas respectivos y esperar a que se pronuncie la ciudadanía. Creo que va a seguir habiendo una mayoría social de progreso en Navarra.  

Pero en Pamplona, el PSN va a estar interpelado para o apoyar a Asiron o repetir lo de hace 4 años.

–Ya iremos viendo. En 2019 a María Chivite se le interpelaba a elegir entre Esparza o Barkos. Eso está repitiéndose con Elma Saiz, entre Cristina Ibarrola o Joseba Asiron. Creo que el papel de Elma Saiz va a ser muchísimo más protagonista.

¿Podría hacer algo Asiron para tejer más cercanía con el PSN en materia de memoria sobre ETA?

–La petición, no ya del Gobierno ni del Partido Socialista hacia EH Bildu, sino de la inmensa mayoría de la sociedad, es que tiene todavía pendiente hacer una reflexión ética integral. Un diagnóstico de lo que ha supuesto la violencia terrorista y determinar que la violencia de ETA, desde su propia génesis, no tuvo sentido. Esa cuestión la tiene pendiente Bildu para homologarse a todos los niveles de colaboración política.  

Si algo se ha visibilizado como discrepancia en el Gobierno ha sido en torno al euskera.

–Yo creo que ha habido un altísimo grado de coincidencia en política lingüística, porque no podemos reducirla al acceso a la función pública.

Pero es muy importante.

–Es importante, pero no lo único. El refuerzo presupuestario en promoción del euskera ha sido notable. Con un incremento exponencial del presupuesto de Euskarabidea y del Departamento de Relaciones Ciudadanas. También actuaciones especialmente en Educación a la hora de abrir nuevos módulos del modelo D. Nos queda pendiente el desarrollo del decreto de méritos que ya está en la última fase parasu aprobación en el Consejo del Gobierno, pero recuerdo que en el proceso de estabilización de plazas públicas que requería una normativa específica se ha incluido para que se pueda aplicar la valoración del euskera a la hora de acceder a la Administración.

¿La subida salaria a los médicos puede despertar agravios? Se critica una falta de interlocución real. 

–Creo que ha sido una legislatura de muchísimos avances en Función Pública. El último, una reforma del Estatuto de la Función Pública donde nuevamente se mejoran las condiciones laborales de los empleados públicos. Se aprobaron más de 3.000 nuevas plazas a finales de 2022 , el 75% para Salud y Educación. Hemos aprobado prácticamente 7.000 plazas en ofertas públicas de empleo, la mitad para reducir drásticamente la temporalidad. Hemos incrementado las retribuciones en torno a un 12%. Como somos un Gobierno que ha puesto soluciones y toma decisiones para mejorar las condiciones laborales de los funcionarios, lógicamente la parte sindical es mucho más exigente. La obligación del Gobierno es mejorar los servicios y las condiciones pero siempre dentro del margen presupuestario, y legal que es limitado.