Un testigo presencial del atentado que acabó con la vida de dos policías en Sangüesa (Navarra) en mayo de 2003 ha confirmado ante el juez los reconocimientos fotográficos que implican al exjefe de ETA Mikel Carrera Sarobe, Ata, y a otros dos exmiembros de la banda terrorista.

El juez de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal ha tomado este martes declaración por videoconferencia a un testigo de aquel atentado, ocurrido el 30 de mayo de 2003 y en el que murieron los policías Julián Embid Luna y Bonifacio Martín Hernández, y dos personas más resultaron heridas.

Su testifical se produce después de que la Guardia Civil aportase un informe con su declaración, en la que situó a "tres hombres jóvenes con una mochila" en el lugar del atentado, la plaza de Santo Domingo de la localidad, unas horas antes del mismo.

La descripción física que realizó de ellos y el reconocimiento fotográfico practicado ante los agentes dieron "credibilidad", según el juez, a la "identidad de los posibles participantes en los hechos, como Jon Lizarribar, Gurutz Aguirresarobe y Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe".

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Homenaje en Sangüesa a las dos últimas personas asesinadas por ETA en Navarra en su 20º aniversario Javier Bergasa

El testigo ha ratificado este martes los reconocimientos fotográficos que realizó tanto en 2003 como en 2019 y, según explican a EFE fuentes jurídicas, ha llegado a decir que reconocería a aquellos jóvenes en cualquier sitio.

Según las fuentes, el testigo ha explicado que el día del atentado se le acercó un coche negro, marca Golf, con dos chicos en su interior, de los que ha dado sus características físicas y quienes le preguntaron cómo se llegaba a la plaza de Santo Domingo.

Más tarde, cuando él llegó a la plaza, donde había quedado con su cuñado en una gestoría, volvió a encontrarse a los chicos con un tercero, y ha recordado que su cuñado se refirió a ellos como "Cazuelas" por unas camisetas negras con letras amarillas que llevaban del bar Las Cazuelas, si bien ninguno se giró.

Mikel Carrera Sarobe, 'Ata', en una imagen de archivo. EP

Según su relato, el testigo se fue con su cuñado a Pamplona y a la vuelta, en torno a las 11.40 horas, dejó a su acompañante en Sangüesa de nuevo. Éste entró en el banco a hacer una gestión y cuando salió, cinco minutos después, tuvo lugar la explosión.

El informe de la Guardia Civil con la declaración de este testigo motivó que el juez imputase en la causa, abierta en 2022 tras una querella de la asociación de víctimas Dignidad y Justicia, a Carrera Sarobe, Lizarribar y Aguirresarobe, además de a Miren Itxaso Zaldua, Sahatsa, a quien se sitúa al frente del comando Basajaun de ETA, que tenía la "hegemonía terrorista" en Navarra en 2002 y 2003.

La querella de la asociación también se dirigía contra ocho exdirigentes de ETA.