Después de un varapalo electoral en Navarra y en el conjunto del Estado, Carlos Pérez-Nievas aborda las razones por las que Ciudadanos no concurrirá a las Generales e intentará volver para las Europeas de 2024. Miembro del Comité Nacional, va a seguir trabajando para el partido como coordinador, así que su futuro, como mínimo a corto plazo, está vinculado al devenir de una formación que este 1 de julio celebrará un encuentro entre los cuadros y militantes que le quedan, para tratar de prepararse de cara a una coyuntura más favorable en las Europeas.

¿Cómo se digiere un varapalo como el del domingo?

–Sí, es un varapalo total y absoluto, que te afecta en lo político, en lo personal y en quienes estamos en este proyecto, que hemos dado todo en esta campaña. No esperábamos tener representación (en Navarra), sabíamos que nos enfrentábamos a un reto prácticamente imposible y lo asumimos desde el principio, pero no esperábamos la magnitud del varapalo y la sensación de partido total y absolutamente anecdótico. Estamos en términos absolutamente inaceptables en política. Es la realidad. Dije que en Navarra íbamos a tener entre 4.000 y 5.000 votos, incluso que podían ser más. Pasar a cifras ridículas, y lo asumo como tal, es doloroso y complicado. Hemos hecho lo posible. En lo personal lo hemos dado todo, pero te das cuenta de la inutilidad de la propuesta política. Es durísimo de aceptar. Pero estamos aquí para hacerlo.

¿En el debate interno del martes en Madrid apuntó algunas causas de ese nivel de derrumbe?

–Estamos analizándolo permanentemente. Esa es la razón por la cual ya hemos decidido parar. No podemos meternos en la vorágine de otros, no podemos ya seguir manteniendo este ritmo, es absurdo. Somos conscientes del error mayúsculo en 2019. El partido tenía que haber ofrecido públicamente en junio o julio a Pedro Sánchez una propuesta clara de gobernabilidad de España de nosotros con él, y haberle dicho las condiciones que le proponíamos para compartir Gobierno. 

Pero en Navarra habían ido de la mano de PP y UPN. También aquí tomaron partido y se inclinaron.

–Sí, sí, pero a pesar de esa decisión Navarra tenía que haber estado encima de la mesa de la negociación. No podíamos quedar nosotros como el partido que no quiso negociar, tenía que haber sido al revés. Creo que se perdió una oportunidad. Se hizo una propuesta tardía que no llegó. En todo caso, el partido estaba en un 6,8 de porcentaje de voto en noviembre del 19, pero luego con propuestas de sentido común que lanzamos al comienzo de la pandemia subimos hasta el 10%. Después vinieron decisiones imposibles de explicar, como una moción que no salió (en Murcia), que nos cogieron con el pie cambiado. El Partido Popular aprovechó la coyuntura con una falta absoluta de lealtad para intentar quitarnos de en medio, le salió bien la jugada, nosotros no reaccionamos suficientemente, al final es una suma de muchas cosas. Para la gente no hemos sido un partido útil. Si no lo eres tienes que repensarte y tratar de hacer una apuesta que indique que tú vales. Nosotros no hemos sido capaces de hacerlo. Tenemos que asumirlo. Es así.

“Nos enfrentábamos a un reto casi imposible, pero no esperábamos la magnitud del varapalo y la sensación de ser totalmente anecdóticos”

Entran en hibernación en un momento político álgido. En las Europeas, a pesar de la circunscripción única, será muy difícil reflotar.

–La inercia es concurrir. El lunes, después del batacazo a nivel nacional, estábamos ya preparando las elecciones de diciembre, sabiendo que era otra partida casi final, y el presidente por sus intereses particulares cambió el paso. Julio es pasado mañana, acabamos de ofertar a los españoles un proyecto, y no ha sido votado prácticamente por nadie, ya sabemos cuál sería el resultado. No podemos cambiar el paso, no da tiempo. El debate tuvo muchas posturas. Yo mismo la cambié, no lo oculto. Pensaba que teníamos que concurrir, y después me di cuenta de que es un gasto económico ingente para hacer un resultado que lo sabemos ya, lo sabe toda España. ¿Qué diputados sacaría Ciudadanos en julio? Una campaña a nivel nacional supera el millón de euros, dinero que creo que tiene que destinarse a establecer una cobertura que permita dar salida a las necesidades de nuestros 600 cargos públicos y establecer los modelos de trabajo para el siguiente proceso, en un año, o planteárnoslo si se produjera una repetición de elecciones en 6 meses . Pero primero tenemos que cambiar la oferta. ¿Luego es difícil resucitar? Puede ser, también creo sinceramente que no es tan dramático un replanteamiento y tener claro que tenemos que reaparecer siendo atractivos. 

Edmundo Bal ha pedido la dimisión en bloque de “los cobardes” que dirigen Ciudadanos.

–El primer cobarde fue él porque había renunciado a presentarse a unas primarias. Me sorprende que gente que ha renunciado a participar en un proceso electoral pensando que iba a ser en diciembre ahora que va a ser dentro de 50 días y que está infinitamente menos justificado, planteen que esto es una cobardía. Esto es una decisión mucho más difícil, está razonada, pensada, debatida, discutida a fondo, y los órganos pertinentes democráticos, que él debería aceptar o irse. Yo le invito a que se debería marchar si no está conforme. 

“Para la gente no hemos sido un partido útil. Si no lo eres tienes que repensarte. No hemos sido capaces de indicar que valemos”

Usted va a seguir trabajando como coordinador nacional del partido.

–Eso es. En el caso de que Navarra Suma no se hubiera disuelto, yo no habría ocupado una posición en la lista, porque tenía acordado que mi trabajo de coordinador nacional me tenía que ocupar todo el tiempo. Ahora la actividad de coordinador no es un contrato indefinido. La fecha que nos hemos puesto como nuevo reto, que es la de las Europeas de 2024, y mi obligación como secretario de organización es coordinar a los cargos y afiliados que todavía quedan, y mantener vivas las agrupaciones, la afiliación, el debate político en el partido y preparar una estructura.

¿Y en Navarra?

–Seguiremos, tenemos una treintena de afiliados, y una vez que pase esta vorágine, aprobaremos nuevos reglamentos de organización. Y en septiembre tomaremos decisiones, y lo normal sería que se produjera un relevo. Tampoco voy a presentar la dimisión ahora. Pero la estructura del partido, el comité autonómico y los afiliados seguiremos activos.

¿Cree que Sánchez tiene alguna opción o da por hecho un Gobierno de PP con apoyo de Vox?

–Yo doy por hecho, en este momento, claramente, un Gobierno del Partido Popular con Vox. Después del resultado del domingo, no le doy a Sánchez opciones.

¿Y eso a lo mejor les da una oportunidad para contrastarse con el PP en las Europeas?

–Claro. Nosotros necesitamos que la sociedad eche en falta un espacio de centro y de moderación. El esquema de votación ahora está en echar a Sánchez o no echarlo, y el centro carece de interés. Si el próximo Gobierno hace unas políticas más extremas hacia la derecha y lo que viene de Europa otra vez son medidas de recorte y restricción del gasto, se va a abrir claramente un espacio nuevo para que posiciones más moderadas vuelvan a tener presencia. Tenemos que esperar ese momento, y estar preparados para ofrecer respuestas. Ese es el reto de todo político, acertar con lo que en cada momento se tiene que hacer, y sobre todo que las propuestas que tú tienes interesen. 

¿Recibió tras el domingo algún mensaje o llamada de apoyo de excompañeros de Navarra Suma?

–Sí, sí, hablé con Javier Esparza y Javi García, me llamó Pedro González, compañero que trabajó conmigo, y mantenemos amistad personal, y me llamaron parlamentarios del Partido Socialista y también me escribieron para darme ánimos. Lo digo abiertamente porque eso también les honra a ellos. Ainhoa Unzu y Javier Lecumberri me escribieron y se lo agradezco infinito, porque discrepamos políticamente, pero al final hemos entendido que eso queda en la política, y personalmente agradezco muchísimo ese detalle en un momento complicado.