Las posibilidades de que UPN y PP concurran juntos a las elecciones generales del 23 de julio se reducen conforme avanza el día. El presidente de la formación regionalista, Javier Esparza, rechaza la contraferta del PP y asegura que solo habrá coalición si los populares aceptan que los dos primeros candidatos de la lista sean de UPN. Una propuesta que difícilmente va a dar por buena el partido que lidera Alberto Núñez Feijóo porque supondría quedarse sin representantes de su partido en Navarra, ya que es prácticamente imposible que una lista conjunta entre estas dos formaciones logre tres diputados en la Comunidad Foral.

En declaraciones a Radio Nacional, Esparza ha sido contundente al asegurar que no se va a mover de su planteamiento que consiste en replicar las mismas condiciones que ambos partidos pactaron en 2015. Entonces los primeros puestos de la candidatura para el Congreso era de UPN, mientras que en el Senado era el PP el que metía dos candidatos por uno UPN.

Algo que rechaza el PP, que propone que se repita el acuerdo de 2011, cuando UPN puso el número 1 y 3 de la lista al Congreso y se reservó el 2 para los populares. En el caso del Senado, dos puestos fueron para UPN y uno para el PP.

"Por contextualizar, aquel 2011 Rajoy ganó con mayoría absoluta, pero no creo que Feijóo esté pensando en ganar con mayoría absoluta, aunque ojalá lo hicera", ha declarado Esparza, que no piensa moverse de la propuesta que lanzó la noche del jueves.

Una propuesta que llega después de una semana de cruce de reproches. Un intento de responsabilizarse mutuamente de una división de inciertas consecuencias electorales que se precipitó el martes con una llamada por parte del PP para explorar una posible alianza que, a más tardar, se debería concretar antes de las doce de la noche de este viernes, fecha en la que finaliza el plazo para registrar coaliciones ante la junta electoral.

El planeamiento inicial del PP pasaba por que la lista electoral estuviera encabezada por los populares. Según el partido de Feijóo, son la referencia de la derecha en estos comicios y los únicos que pueden liderar una alternativa al Gobierno de Pedro Sánchez.

Pero la vía fue rechazada por UPN, que recuerda que en las últimas elecciones forales casi cuadriplicaron en votos al PP. Tanto es así que para Esparza era poco menos que “una broma” y un intento de justificar la división de la derecha en Navarra en unas elecciones generales por primera vez desde 1989. Desde la fundación del PP, ambos partidos siempre han ido juntos a Madrid.

La ruptura se daba ya por hecha, pero la negociación se ha precipitado a escasas horas de que la medianoche de este viernes finalice el plazo para registrar coaliciones.

Si se repiten los resultados de las últimas citas electorales, la coalición sacaría dos diputados y previsiblemente los tres senadores, que son para la primera fuerza electoral. Sobre el papel se trata por lo tanto de un acuerdo muy favorable para los intereses de UPN, pero que garantiza al PP al menos dos diputados a su favor en la posible investidura de Feijóo. En caso contrario, los populares se arriesgan a no lograr ningún diputado o a que la derecha, fruto de la división, solo tenga un escaño en Madrid.

La negociación tiene también sus complejidad. Porque unos y otros se han dicho muchas cosas estos últimos meses. Y porque queda por ver qué ocurre con los actuales diputados, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, que tras su expulsión de UPN se han situado en la órbita del PP, y que podían formar parte de las listas electorales. Detalles que complican un acuerdo que en cualquier caso habrá que cerrar, a más tardar, antes de la media noche de este viernes.