Alberto Núñez Feijóo debe ir ya por la segunda ración de palomitas mientras la ultraderecha se frota las manos porque huelen el poder. La izquierda se lo está poniendo en bandeja. Lejos de aparcar el ruido que desactivó a su electorado el 28-M, afrontan las generales en un clima de absoluta convulsión. Tanto PSOE como Sumar, cada uno con sus cuitas internas. La escenografía resulta delatora. Por un lado, barones socialistas de peso como Emiliano García Page y Javier Lambán han dado un rotundo plantón a Pedro Sánchez en el Comité Federal por haber metido mano en la elaboración de las listas que ya habían confeccionado en sus respectivos territorios, Castilla La-Mancha y Aragón, un sentimiento de enfado que también ha transmitido el líder de Castilla y León, Luis Tudanca, aunque éste sí ha acudido al cónclave. Por otro, Yolanda Díaz, un día después de cerrar su amalgama de coalición con la inclusión de Podemos, que sigue clamando por el veto a Irene Montero, no ha hecho mención alguna a las exigencias de la fuerza morada y se ha lanzado directamente a la campaña haciendo saber, de puertas para adentro, que en ningún caso Sumar variará sus intenciones respecto a la ausencia en las planchas de la ministra de Igualdad. Gasolina a diario y sin atisbo de que el incendio amaine.

Por partes. A la izquierda del PSOE, la tormenta perfecta para caminar como quien circula por vía contraria. Díaz ha salido hoy sábado a la palestra con su naturalidad habitual y un eslogan: “Vamos a ganar las elecciones”, ha dicho para celebrar que las quince formaciones de la confluencia Sumar hayan entendido que “España quería que nos diéramos la mano”. Se le ha debido escapar algo en su escaleta porque, simultáneamente, Podemos ha seguido bramando por lo acontecido con Montero. “Vamos a demostrar que la política puede romper con el cinismo. Es nuestro horizonte y no vamos a fallar”, ha valorado la vicepresidenta segunda del Gobierno, tirando de buenismo y cargando contra la derecha. “No hemos venido a agitar el miedo ni a contar cuentos de terror y a agitar fantasmas, sino todo lo contrario, pero PP y Vox mienten porque no tienen nada que ofrecer”, ha argumentado Díaz, que sí ha hecho una aseveración certera. “Hay que sumar más y mejor”. Sobre todo, esto último.

No muy lejos, la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, urgía a Sumar a rectificar el “error político de manual” que supone el rechazo a Montero porque se “manda un mensaje muy peligroso a la sociedad”. “Un mensaje de disciplinamiento del movimiento feminista, de las mujeres y del conjunto de la sociedad que quiere implicarse en política. Quedan nueve días para rectificar, esperamos que ojalá lo consideren”, ha señalado, al tiempo que desde los tejedores de pactos en Sumar se afirmaba explícitamente que eso no ocurrirá. “Los equipos están constituidos sin posibilidad de cambios”, constatan desde el Movimiento de Díaz.

Iglesias carga contra Díaz

La temperatura ha subido cuando Pablo Iglesias ha irrumpido inmortalizando otra frase. “Para ganar el poder en la izquierda no hacía falta golpear así a una figura crucial de la izquierda y del feminismo que ha demostrado algo poco frecuente en política y necesario para la izquierda: valentía”, ha verbalizado el ex secretario general de Podemos, tildando de desprecio a la formación morada los puestos ofrecidos. “Es posible que Díaz no sea consciente aún del error político que comete (...). Está a tiempo de rectificar y me consta que incluso personas de su propio entorno que en nada simpatizan con Podemos tratan de advertirle que está comprometiendo sus propios objetivos políticos al asumirse como ejecutora final de una violenta campaña orquestada desde los más siniestros aparatos de las derechas mediática, judicial y política”, ha expuesto Iglesias en un artículo en CTXT.

Con todo, defiende que su partido se pliegue a ir dentro de esa coalición. “Por muy humillante que sea que te impongan la exclusión de varios de tus principales activos políticos (Echenique es otro de los vetados), por mucho que los puestos en unas listas sin primarias sean también un desprecio a lo que Podemos representa; Ione, Irene y toda la dirección aciertan al poner por delante de nuestra propia dignidad, la urgencia de que, al menos, haya alguna posibilidad de que la llegada de los bárbaros, que esperamos congregados en el foro, no sea inevitable”, ha disertado. afeando de nuevo que se “mate políticamente a la responsable de Igualdad. A su vez, la líder del partido, Ione Belarra, mandaba una carta a la militancia en la que resumía todo esto y desvelaba que se les “amenazó” con que de no aceptar estas condiciones serían excluidas de la coalición electoral. Y, entre tanto, Díaz, pues a lo suyo: “Vamos a decirle a una gran mayoría de la gente que esto tiene arreglo, que la vida puede ser mas fácil (...) Vamos a ganar (...) Para Sumar arranca la campaña”. Para más inri, ha creado una cláusula que compromete a todas las fuerzas a estar en un grupo parlamentario y evitar escisiones.

Barones socialistas, contra Sánchez

Pero en Ferraz, aunque con menor intensidad en la repercusión mediática, las cosas no pintan mucho mejor. El Comité Federal del PSOE se ha reunido para aprobar las listas y, más allá de los manidos mensajes de llamamiento a la unidad, ésta ha reventado con la ausencia de Lambán y Page, profundamente cabreados. El primero de ellos, después de que la Comisión Federal de Listas intentara cambiar al cabeza de lista al Congreso por Toledo, Sergio Gutiérrez, por la alcaldesa en funciones de la capital castellanomanchega, Milagros Tolón. Finalmente, mantuvo a su mano derecha como número uno pero soterradamente manifestó que el “pacifismo” interno tocaba a su fin. También hubo tiras y aflojas con quien dejará ser presidente de Aragón respecto a la lista de Zaragoza, donde no quería incluir a la ministra de Educación, Pilar Alegría, que sí encabezará la plancha. Para colmo, le incluyeron a Susana Sumelzo de número dos en esta candidatura y se hicieron cambios en la de Teruel, lo que provocó la renuncia de parte del resto de la lista de estas dos provincias. “Habíamos elaborado democráticamente unas magníficas candidaturas al Congreso y al Senado. Lamento mucho que los ciudadanos de Teruel y de Zaragoza no vayamos a tener la oportunidad de votarlas”, ha rematado antes de negarse a acudir al Comité Federal en un gesto de rebeldía que ha mimetizado el secretario general de Castilla y León. Javier Tudanca sí ha asistido pero para espetarle a Sánchez que estaba “indignado, defraudado y enormemente decepcionado” por el cambio en las listas del PSOE en Ávila y Valladolid, sin margen de solución. “Pero estoy aquí para dar la cara”, ha zanjado.

Como Díaz con Podemos, Sánchez, que ha pedido que las críticas se hagan en los órganos internos, ha pasado de puntillas reivindicando la “hoja de servicios” de su Gobierno y tirando de guasa con el plan económico del PP: “Nosotros tenemos a Nadia (Calviño) y ellos a nadie"; y ha añadido: “La economía de España no va bien, es que va como una moto”. “Ha sido muy duro en lo personal ver cómo la gestión extraordinaria, yo diría que intachable, liderada por compañeras y compañeros se traducía en un resultado institucional adverso el 28-M, a pesar de lograr sensibles mejoras en el apoyo electoral por parte de algunos”, ha lamentado, a la vez que espoleaba los ánimos con optimismo: “El viaje continúa”. Y parte de esa confianza reside en que exista Sumar y no la “fuerte dispersión del voto a nuestra izquierda”. Es decir, ha aprovechado para dar un empujoncito a Díaz porque los acuerdos de esa confluencia evitarán “dispersar energías”, ayudarán a dejar atrás “un ruido estéril” y servirán para incrementar el voto en las fuerzas de izquierda. “El 23-J no es una simple contienda de poder entre partidos: es una elección de qué España queremos ser. La victoria es posible”, ha cerrado. Objetivo que, a tenor de tanta batalla es difícil de sostener como probabilidad.