Científicos de la Università Cattolica de Roma (Italia), junto con colegas de la Fundación IIGM, que forma parte del Instituto Candiolo de Turín, han descubierto un nuevo mecanismo de resistencia a los medicamentos en el cáncer de mama que conduce a la formación de un tallo canceroso, que son las células que alimentan el tumor y causan la recaída y la metástasis. También han ideado una terapia experimental para eludir o prevenir la aparición de resistencia a los medicamentos.

La investigación, que se publica en 'Nature Immunology', fue coordinada por Antonella Sistigu y Martina Musella, Departamento de Medicina y Cirugía Traslacional, sección de Patología General y Patología Clínica dirigida por el Profesor Ruggero De Maria e Ilio Vitale de la Fundación IIGM - Instituto Italiano de Medicina Genómica (parte de la Compagnia di Fundación San Paolo), en el Instituto Candiolo, FPO-IRCCS, Candiolo (Turín).

Los científicos italianos descubrieron cómo evoluciona el tumor durante el tratamiento y desarrolla resistencia a las terapias. "Más concretamente hemos demostrado que algunas células tumorales, al morir como consecuencia de la quimioterapia, liberan en el microambiente tumoral un grupo de factores denominados "alarminas", que normalmente alertan y activan el sistema inmunitario", explican Sistigu y Musella.

Sin embargo, paradójicamente, algunas de estas alarminas, como los interferones tipo I, pueden reprogramar las células cancerosas residuales y transformarlas en células madre cancerosas, el reservorio mortal del tumor, responsables, por ejemplo, de la recurrencia de la enfermedad y la metástasis. Las células madre cancerosas escapan al control del sistema inmunitario y tienen un alto potencial invasivo y agresivo.

Los científicos han descubierto que este mecanismo de resistencia a los medicamentos depende de la activación de una proteína llamada KDM1B, que controla y regula la expresión génica. Tras el descubrimiento en modelos animales, explica Ilio Vitale, "estudiamos 5 cohortes diferentes de pacientes y confirmamos que este mecanismo es válido también en pacientes". Finalmente, en experimentos de laboratorio, los científicos vieron que la inhibición de KDM1B prevenía la formación de células madre cancerosas y aumentaba la eficacia de la terapia.

"En base a estos resultados, proponemos una terapia combinada (algunos quimioterapéuticos e inmunoterapéuticos específicos, junto con el fármaco experimental que inhibe KDM1B, para prevenir la formación y posiblemente atacar de manera efectiva a esta subpoblación de células madre que de otro modo serían resistentes a cualquier tratamiento", enfatizan los investigadores, que pretende evaluar próximamente la terapia combinada en ensayos clínicos con pacientes.