Si tenéis un bebé o un hijo o hija de corta edad, sobre todo si sois padres primerizos, os asaltarán multitud de dudas y una de ellas es saber si podéis compartir cama con ellos. A esta práctica se le llama colecho y consiste dormir padres e hijos juntos, bien en la misma cama, en camas contiguas o en una cuna unida a la cama.

Sobre este tema, a menudo controvertido, todo el mundo tratará de darte consejos basándose en su propia experiencia; sin embargo, llevarlo a cabo o no será una decisión personal de cada familia. Hasta hace unos años, seguramente por necesidad y por falta de espacio, era habitual que los pequeños compartieran habitación e incluso cama con sus padres. 

Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que lo más apropiado es que los bebés duerman con sus padres (en la misma cama o en una cuna de colecho) hasta los seis meses, la Asociación Española de Pediatría (AEP) defiende que lo más seguro es que el bebé duerma en la misma habitación que los padres pero sin compartir cama, y que lo haga boca arriba en una cuna adosada a la cama para facilitar la lactancia. 

Actualmente, los partidarios de la crianza con apego incluyen el colecho entre las prácticas naturales para una crianza saludable y feliz de los niños. Es cierto que es una práctica con ventajas e inconvenientes, pero la decisión de aplicarla o no es solo vuestra.

Una pareja ríe con su bebé en la cama. Freepik

Ventajas del colecho

- Favorece la lactancia materna, sobre todo en las horas nocturnas. La madre apenas tendrá que despejarse para dar de mamar a su bebé, lo que le proporcionará un mejor descanso.

- Disminuye la frecuencia y duración del llanto del bebé, ya que puedes atenderlo enseguida.

- Impacto emocional positivo al potenciar el vínculo afectivo del bebé con sus padres.

- El bebé se duerme más fácil, ya que solo la respiración de sus progenitores le tranquiliza.

- Sincroniza los ciclos del sueño del bebé con los de sus padres.

- Aumenta el bienestar del bebé, su desarrollo neuronal y su capacidad de respuesta ante situaciones de estrés.

- Potencia el desarrollo de su autoestima y su posterior autonomía personal.

- Disminuye el riesgo de muerte súbita (SMSL). James McKenna, antropólogo de la Universidad de Pomona, concluye en un estudio que el riesgo de muerte súbita es hasta diez veces mayor en las culturas en las que los niños no comparten lecho con sus padres.

Una madre acostada con su bebé. Freepik

Inconvenientes del colecho

- Problemas para dormir si los adultos o el bebé se mueven mucho, o por estar los padres en permanente estado de alerta.

- Posibilidad de que el bebé desarrolle un apego excesivo, se vuelva demasiado dependiente y después no sea capaz de dormir solo.

- Pérdida de intimidad de la pareja, pudiendo resentirse la relación.

- Riesgo de asfixia o de caída del bebé. 

- Exceso de calor, ya que los niños pequeños despiden mucho calor.

- Algunas autoridades médicas afirman que el colecho podría aumentar el riesgo de muerte súbita, por lo que aconsejan compartir habitación pero no cama.

Un bebé acostado boca abajo en una cama. Freepik

Colecho seguro

Si decides llevar a cabo esta práctica, es necesario que tomes las precauciones adecuadas para que dormir con tu hijo o hija sea una acción totalmente segura. Algunas cosas que debes tener en cuenta son:

- El bebé debe tener más de 3 meses y en ningún caso se puede compartir cama con ellos si son prematuros o tienen bajo peso (menos de 2,5 kilos).

- El colchón debe ser plano y firme, nunca de agua. Tampoco debes dormir con el bebé en el sofá o una cama demasiado pequeña.

- Evitar que el bebé pueda caerse de la cama o quedar atrapado en algún hueco.

- No usar almohadas, mantas con pelo, acolchados, cojines o peluches.

- No cubrir nunca la cabeza del bebé.

- Evitar que el bebé esté demasiado abrigado.

- Nunca compartir cama con un bebé si se ha consumido alcohol, drogas, somníferos o cualquier otra medicación que altere el nivel de conciencia. Tampoco debes hacerlo si sufres obesidad mórbida, si estás muy cansado o si tienes fiebre.